Un equipo internacional de paleontólogos ha revelado el descubrimiento de una nueva especie de reptil prehistórico en Argentina: el Kostensuchus atrox. Este depredador hipercarnívoro, pariente lejano del cocodrilo moderno, vivió hace unos 70 millones de años, justo antes de la extinción masiva de los dinosaurios.
El fósil, encontrado en la Formación Chorrillo, cerca de El Calafate (Santa Cruz), está sorprendentemente bien conservado, incluyendo cráneo, mandíbula y múltiples huesos del cuerpo.
Un gigante entre reptiles extintos
Con una longitud estimada de 3,5 metros y un peso cercano a los 250 kilogramos, el K. atrox habría sido uno de los principales depredadores de su ecosistema.
Su mandíbula ancha y poderosa, junto con dientes de gran tamaño, lo posicionan como un cazador capaz de devorar presas voluminosas, posiblemente incluso dinosaurios de tamaño medio.
El entorno en el que vivía era cálido y húmedo, con llanuras aluviales de agua dulce habitadas por tortugas, ranas, mamíferos y dinosaurios.
Un nombre con raíces culturales y mitológicas
El nombre Kostensuchus atrox combina referencias al viento patagónico “Kosten” (en lengua tehuelche), al dios egipcio con cabeza de cocodrilo “Souchos” y al término latino “atrox”, que significa feroz.
Esta nomenclatura refleja tanto el contexto geográfico como la naturaleza imponente del animal.
Importancia científica y colaboración internacional
Investigadores del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia lideraron el estudio publicado en la revista Plos One, con la colaboración de científicos de Brasil, Portugal y Japón.
El K. atrox no es un dinosaurio, sino un crocodriliforme peirosáurido, grupo extinto de reptiles que incluye parientes de cocodrilos y caimanes.
Finalmente, es el primer fósil de este tipo hallado en la Formación Chorrillo y el segundo depredador más grande registrado en la zona, lo que lo convierte en una pieza clave para entender la fauna del Cretácico tardío en la Patagonia.
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