Redacción Ciencia.- La invención de la ropa y el desarrollo de herramientas para fabricarla no solo son dos ejemplos de la evolución cultural y cognitiva del hombre sino que además los paleontólogos creen que fueron esenciales para que, en el Pleistoceno, los primeros humanos pudieran salir de África en busca de nuevos lugares para vivir.

Sin embargo, dado que las pieles y otros materiales orgánicos empleados en la confección de no se conservan bien, la falta de registro arqueológico siempre ha dificultado su estudio.

Ahora, un artículo publicado en iScience informa del hallazgo de unos 12.000 fragmentos de hueso y más de 60 huesos de animales que fueron trabajados y tallados para hacer herramientas, lo que sugiere que hace 120.000 años, esos primeros humanos ya fabricaban prendas de vestir.

Hasta ahora, el yacimiento más importante con herramientas de hueso confeccionadas con animales marinos es la de Blombos, en Sudáfrica, de entre 140.000 y 80.000 años de edad pero «el conjunto de Contrebandiers sustituye ahora a Blombos como el conjunto de herramientas óseas y la industria más antiguos», asegura Marean.

Los restos de la cueva de Contrabandiers datan de hace 120.000 a 90.000 años, «un periodo de tiempo y un lugar críticos para los primeros miembros de nuestra especie», destaca Hallet.

Al estudiarlos, los autores vieron que 60 de ellos habían sido moldeados por los humanos para ser usados como herramientas y despellejar animales pero no para obtener su carne sino para conseguir su piel.

Después, compararon estas herramientas con otras del registro arqueológico y descubrieron que tenían las mismas formas y marcas de uso que las herramientas para trabajar la piel descritas por otros investigadores.

«La combinación de huesos de carnívoros con marcas de desollado y herramientas óseas probablemente utilizadas para el procesamiento de pieles proporciona una evidencia indirecta muy sugerente de las primeras prendas de vestir en el registro arqueológico», según Hallett.

Entre los fragmentos óseos también estaba escondida la punta de un diente de ballena o delfín con marcas consistentes con su uso como escarificador a presión, una herramienta utilizada para dar forma a las herramientas de piedra, lo que representa el primer uso documentado de un diente de mamífero marino por parte de los humanos y el único resto de mamífero marino verificado del Pleistoceno del norte de África.

El estudio de las herramientas de hueso de la cueva de Contrebandiers demuestran que, hace aproximadamente 120.000 años, «el Homo sapiens empezó a intensificar el uso del hueso para fabricar herramientas formales y a utilizarlas para tareas específicas, incluyendo el trabajo del cuero y de las pieles», resume Hallett.

«Esta versatilidad parece estar en la raíz de nuestra especie y no ser una característica que surgió tras las expansiones hacia Eurasia», subraya.

No obstante, «dado el nivel de especialización en este conjunto, estas herramientas son probablemente parte de una tradición más amplia con ejemplos anteriores que aún no se han encontrado», advierte.

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