Tras una expedición de limpieza de las dunas costeras en Bélgica, los expertos desenterraron un trío de búnkeres del régimen nazi, los cuales estuvieron ocultos por más de 70 años.
Dicho descubrimiento se dio durante un plan de limpieza en las dunas Heist Willemspark, en el pueblo de Knokke-Heist, a raíz del desarrollo de las plantas invasoras.
En la Primera Guerra Mundial, la región norte de Bélgica funcionó como base alemana para las baterías de armamento pesado, llamadas Augusta y Freya, así como tres búnkeres para el monitoreo de la navegación de barcos en el canal de la Mancha.
Tiempo después, dichas estructuras se usaron nuevamente por el ejército alemán al invadir Bélgica en la Segunda Guerra Mundial, siendo agregadas como una sección del Muro atlántico al presentarse una amenaza de los buques de la armada de los Aliados, sobre todo de Gran Bretaña, desde 1942 a 1944.
Según Knokke-Heist, la iniciativa europea ‘Life Dunias’, se elaboró bajo la dirección de la Agencia de Naturaleza y Bosques.
Restos de las construcciones
Entretanto, teorizaron que a lo largo del proyecto hallaron diversos vestigios del par de eventos bélicos, sin embargo, no se esperaba que se trataba de amplias estructuras, sumado a 15 construcciones de menor tamaño.
Este trío de búnkeres del ‘Gruppenunterstand’ tipo ‘VF2a’, los cuales son «más ligeros» y poseen un cuarto. Tales espacios pueden ocupar a pequeños grupos alemanes, equivalente a 10 soldados, para trabajar con radares de alta tecnología.
La fachada externa de estas estructuras llegan a medir entre seis y siete metros de alto, teniendo paredes de hormigón de un metro de ancho.
De igual manera, en los búnkeres se estudiaron dos zanjas de ladrillo en las que se hallaban municiones, cableado, tuberías de agua y artilugios.
Esta zona de 19 hectáreas resguarda un oscuro pasado, esto a raíz de dos acontecimientos en que los nazis utilizaron estos como escondite para pasar desapercibidos en sus tácticas.
¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!