Pregunta: Acaba de anunciar su retirada del fútbol profesional. ¿Qué siente un futbolista las primeras horas después de tomar esa decisión?
R: La decisión la tenía tomada hace semanas y fue el momento de hacerla pública. Cuando rescindo con el Fuenlabrada es sabiendo que no quiero jugar más al fútbol y en el viaje de vuelta a Fuenlabrada redacto la carta, la semana pasada terminé de darle forma y la publiqué en el momento que creía que era apropiado. Es un momento difícil, raro y complicado pero con mucha ilusión por lo que viene.
P: ¿Hay algo concreto que le impulsa?
R: Sí. Voy a ser padre en unos meses y sentía que estaba distanciado de mi pareja, que está aquí en Tenerife. Quería ayudar, estar en esos momentos importantes de la vida. Es mi primera hija y me puede más la ilusión por esta nueva vida que viene al mundo que seguir apurando los últimos años de futbolista.
P: Mira todo lo que deja atrás… ¿y qué conclusiones saca?
R: La primera es pensar que todo ha pasado muy rápido. Han sido casi veinte años de carrera y si miro para atrás se me ha pasado en un abrir y cerrar de ojos. Cuando estás en situaciones complicadas parece que no pasan los días, pero con paciencia todo avanza y creo que hay que disfrutar cada día. Traté de disfrutar todos los días, y sobre todo los últimos años.
P: En sus inicios pasó de jugar en el Collado Villalba a completar algunos entrenamientos a las órdenes de Fabio Capello tras llegar al Real Madrid C. ¿Es difícil asimilar algo así? ¿Cómo fue esa transición?
R: Fue la leche. He tenido la fortuna de haber jugado en casi todas las categorías del fútbol español, desde Segunda Regional hasta Primera. Estaba en Villalba, jugando en Preferente, se dio un gran año, el Tenerife y yo llegamos a un acuerdo y se dio la oportunidad de entrar en la cantera del Real Madrid. Era impresionante entrenar con el Real Madrid de los «galácticos», con Zidane, Beckham, Raúl… nadie se imagina lo buenos que son y las grandes cualidades que tienen en el día a día.
P: No lo ha tenido sencillo para ganarse el cartel de titular indiscutible en algún equipo. ¿Cómo ha sobrevivido mentalmente a esos momentos en los que estaba a la sombra de otros arqueros?
R: Porque nunca me he sentido ni titular ni suplente. En nuestro puesto es difícil que se dé un cambio de posición. Lo asumes, tratas de trabajar día a día y de estar preparado porque no sabes en qué momento llegan las oportunidades. Lo normal es que no lleguen, pero siempre intentaba estar preparado.
P: Al final se consolidó en el Tenerife, el equipo de la ciudad a la que llegó desde Venezuela con dos años. ¿Le sorprende haber dado tantas vueltas para encontrar su sitio con los años al lado de casa?.
R: Cuando llegó la primera llamada casi fue un sí rotundo. Me fui del Tenerife para estudiar, mi idea no era hacer la carrera que he hecho de futbolista. Pensaba que seguiría jugando pero que en algún momento el corte llegaría. Tuve la suerte de llegar a Primera. Fui cambiando de equipos en la Península y cuando jugaba, intentaba mejorar de categoría. Y cuando no, buscaba tener continuidad. No es habitual que un canterano se marche y vuelva después para casi acabar su carrera sin haber debutado en el equipo.
P: ¿Se arrepiente de no haberse retirado en el Tenerife en lugar de poner rumbo al Fuenlabrada, donde no ha tenido continuidad?
R: La situación de final de temporada es diferente. Pienso que puedo seguir jugando al fútbol, es una profesión muy bonita y es lo único que sé hacer de momento. Salió un contrato de dos años, era un proyecto con la idea de volver a Segunda, era una ciudad bien comunicada con Tenerife… y eso me ayudó a tomar la decisión. Si no hubiese salido una oferta así, seguramente en verano lo hubiera dejado. No me arrepiento, pero las primeras semanas me sentía raro porque había estado casi diez temporadas defendiendo los mismos colores.
P: Ha sido también partícipe del mayor éxito de su selección, el cuarto puesto en la Copa América del 2011. ¿Qué ha supuesto para usted defender la portería de la Vinotinto?
R: Fue increíble. Nunca lo tuve en mente, sabía que era muy complicado ir. Mi hermano, que es seis años mayor, me abrió el camino. Siempre tuvimos la ilusión de poder ir juntos y no se dio por cuestión de uno o dos años. Cuando me llamaron me hizo una ilusión tremenda, no tiene comparación a nivel de clubes la experiencia de jugar contra las mejores jugadores de Sudamérica, de ir dos veces a Japón a jugar amistosos… es increíble, único. Solo los internacionales las saben.
P: Lo deja, eso sí, con la cuenta pendiente de no jugar un Mundial. ¿Cree que Venezuela estará más pronto que tarde en la cita? ¿Qué le falta?
R: Se va a ampliar el cupo de selecciones y ahí se abre una puerta muy grande. El año del Mundial de Brasil estuvimos muy cerca. Se está trabajando bien, es un país que hasta hace veinte años no tenía cultura de fútbol. Cada año van saliendo mejores jugadores a las ligas europeas. Espero y deseo que pronto haya una Venezuela mundialista y todos la disfrutemos.
P: ¿Con qué momento y con qué parada se queda?
R: Me quedo con muchas. Tuve una en la fase de grupos de la Copa América, otra con el Murcia cuando estaba en Segunda B en la Copa del Rey a tiro de Cristiano y rechace de Pedro León. Creo que esas son las dos mejores. Ahora las veo y me emociono más porque no voy a volver a hacerlas.
P: Y ahora… ¿qué?
R: Ahora toca disfrutar de la familia, descansar un tiempo y ver qué camino va llevando mi futuro. Hacer una buena elección de lo que viene y tratar de disfrutar de la nueva profesión que tenga.
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