“En aquel tiempo dijo María: Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me dirán feliz. El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo es su Nombre! Muestra su misericordia siglo tras siglo a todos aquellos que viven en su presencia. Dio un golpe con todo su poder: deshizo a los soberbios y sus planes. Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos, y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su siervo, se acordó de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a sus descendientes para siempre. María se quedó unos tres meses con Isabel, y después volvió a su casa”
Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela
La Iglesia Universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a Santo Domingo de Silos, importante Benedictino quien tomó el hábito en la Abadía de San Milán. Años más tarde es nombrado Abad del Monasterios de Silos, el cual restauró completamente, levantó la Iglesia con la Biblioteca más rica de España, en libros, códices y pergaminos, de diferentes momentos históricos. Murió en el año 1073.
Y la liturgia diaria nos presenta el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Lucas capítulo 1, del verso 46 al 56. En el que se relata la oración expresada por María, mejor conocida como el Magníficat, que es llamado así por su primera palabra en la traducción latina, y es un himno de acción de gracia a DIOS, por la realización de Su Obra Salvadora a favor de Israel, compuesto con frases y reminiscencias de textos del Antiguo Testamento. Tiene como modelo al cántico de Ana, una mujer estéril a quien DIOS le concede un hijo (1Sm 2,1-10), y los cantos de los pobres del Señor presente en los Salmos. Por lo que puede decirse que el Autor Sagrado describe a María como el nuevo Israel, que da gracias a DIOS, porque cumplió todo lo Anunciado en las Sagradas Escrituras.
Lo que nos hace resaltar, otro hecho bien particular, ya que, en la espiritualidad Mariana enfatizamos: “el silencio de María”, como una virtud a imitar. Pero he aquí que, María, que parecía encerrada en el silencio de su diálogo con DIOS, al momento de Revelársele su Misión, asume una nueva actitud en la casa de su prima Isabel, como profetisa de la historia universal y descubre la irrupción del nuevo mundo que DIOS ha comenzado a regenerar, teniendo como epicentro a los excluidos, para hacerle saber a los poderosos que, aunque para ellos esas personas no valgan nada, es a través de ellos que DIOS hace Realidad Su Plan de SALVACIÓN.
Al confrontarnos con el texto, vemos que María, la niña de Nazaret rompe hoy su tradicional silencio, y con voz potente deja escuchar su canto para Anunciar que DIOS, sigue estando al lado de los que no tienen medicina, ni comida, ni un techo donde cobijarse. Y con su canto María, denuncia las injusticias que oprimen al pueblo, porque en definitiva la gente no es pobre porque así lo quiere DIOS. Ya que en el Plan de Vida y de Justicia de DIOS, no está contemplado que unos poquitos lo tengan todo y una inmensa mayoría no tenga nada. Lo que nos invita a asumir nuestra condición Profética, para denunciar que, en la tierra se ha instaurado el gobierno del mal que busca cada día acrecentar estas diferencias.
Por eso es que el gran reto que nos lanza María, es el de creer en el DIOS de la Justicia y de la Misericordia. Fundamento de FE que lo hacemos realidad en la medida que pongamos en práctica el Mandamiento de AMOR que nos ha traído Su Hijo JESÚS. Y al tener esa Fe y tratar de vivir ese Acontecimiento, descubrimos muchas alternativas para solucionar problemas que creíamos imposible de superar y logramos saber que hay muchísimas personas con problemas mayores que los nuestros y sin embargo no se rinden, sino que son un vivo ejemplo de que, el que persevera encuentra solución a sus problemas, porque así de Grande es la Misericordia de DIOS
De allí que hoy sea el día para abrir nuestros corazones y alegrarnos con el Mensaje de liberación que nos envía JESÚS a través de Su Madre María y asumamos con mucha valentía la lucha social para cambiar estas estructuras de pecado que hoy esclavizan a nuestra sociedad venezolana y al liberarnos, podamos ser una comunidad con corazones de carne que palpiten ante el dolor ajeno, que comparte lo mucho o lo poco que tengamos.
Señor JESÚS, ayúdanos a vivir el Gran Acontecimiento que Tú Le Has traído a la humanidad, y como María podamos expresar más temprano que tarde: “Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos, y despidió a los ricos con las manos vacías”.
Amén
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