Buenos Aires.-Argentina afrontó este miércoles una jornada crucial en su intención de renegociar parte de su deuda con la recepción de una misión del FMI, con el que en 2018 contrajo un préstamo por 56.300 millones de dólares, y la comparecencia del ministro de Economía, Daniel Guzmán, en el Congreso.
A principio del día llegó a Buenos Aires la delegación del Fondo Monetario Internacional, compuesta por la directora adjunta del departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozack, y el jefe de la misión para Argentina, Luis Cubeddu, quienes protagonizaron la primera visita al país desde que el peronista Alberto Fernández llegó a la Presidencia en diciembre pasado.
Los representantes del organismo multilateral permanecerán en el país hasta el 19 de febrero y en este periodo se verán con funcionarios del Ministerio de Economía, el Banco Central y otras instituciones económicas gubernamentales y buscarán conocer la estrategia de las autoridades para abordar la situación de la deuda de Argentina.
DISCUTIR EL PLAN MACROECÓNOMICO
El ministro Guzmán compareció en el Congreso para tratar, entre otros aspectos, el estado de la deuda, y detalló que las reuniones con el FMI, al que tachó de «responsable por la crisis de deuda y económica» del país, «se vienen dando en un creciente entendimiento mutuo» y aseguró que estas se centran en «la premisa del programa» económico del Gobierno.
«Con el FMI sí que ha habido una discusión sobre el programa macroeconómico que estamos implementando. (…) Este entendimiento semana a semana ha ido mejorando», destacó.
Además, repasó las decisiones económicas que tomó el Gobierno desde su asunción, como subidas impositivas y la creación de nuevos tributos y medidas orientadas a mejorar la situación de los más afectados por la fuerte recesión que el país atraviesa desde mediados de 2018.
También reiteró el planteamiento de que «hay una voluntad firme de pagar la deuda, el problema es que no hay capacidad para hacerlo».
PROTESTAS EN BUENOS AIRES
En la capital argentina se produjeron este miércoles protestas de los principales grupos de izquierda, que se muestran contrarios al FMI y al pago de la deuda contraída con el organismo.
Desde primera hora una marcha de dio cita en la avenida 9 de julio, una de las principales arterias de la ciudad, y fue hacia las oficinas del Fondo en la ciudad, mientras que por la tarde los manifestantes marcharon en dos direcciones, un grupo hacia el Congreso, donde Guzmán intervenía ante los legisladores, y otro a la plaza de Mayo, donde está la sede del Gobierno.
CONTINUAR CON UN DIÁLOGO «PRODUCTIVO»
Esta visita del FMI será un nuevo episodio en el diálogo que el Gobierno mantiene desde su asunción con el organismo, del que por ahora recibió 44.000 millones de los 56.300 pactados, que según ambas partes está siendo «productivo» y «constructivo».
La semana pasada Guzmán se reunió con la nueva directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, en Roma, un encuentro que, según el Ministerio de Economía se dio en un «ambiente de entendimiento mutuo».
En esa ocasión, Georgieva aseguró que el Fondo está «listo para continuar apoyando» al Gobierno argentino y afirmó que el «objetivo común» es que «Argentina se recupere y que el crecimiento y el empleo regresen en beneficio de todos los argentinos».
APOYOS INTERNACIONALES Y LOCALES
El Gobierno afrontó esta jornada con el que apoyo que, a priori, le confirmaron las principales potencias europeas tras la gira de Alberto Fernández por Italia, Alemania, España y Francia de la semana pasada, donde recolectó palabras positivas de los líderes políticos y del papa Francisco.
Según detalló la analista política Gretel Ledo a Efe, los cuatro países europeos suman un 14,29 % de los votos en el directorio del FMI, al que el pasado jueves se sumó el 16,52 % que representa Estados Unidos, tras un diálogo del presidente Donald Trump con el nuevo embajador de Argentina en Washington, Jorge Argüello.
«Transmítale al presidente Fernández que cuenta con este presidente». Estas fueron, según Argüello, las palabras utilizadas por Trump para mostrar su apoyo a su país.
A este apoyo hay que incluir el de todo el «arco político» argentino, que quedó rubricado con la aprobación en el Congreso de la Ley de Restauración de ka Sostenibilidad de la Deuda Pública Emitida bajo Legislación Extranjera, que faculta al Ejecutivo para negociar con los acreedores el pago de la deuda que está bajo legislación extranjera.
«El apoyo internacional y el apoyo interno del país, de todo el arco político, de alguna manera crea las condiciones para que esa propuesta sea tomada positivamente por el directorio del FMI», señaló Ledo.
PROBLEMAS CON LOS BONOS
El Gobierno argentino aspira a concluir el proceso de renegociación de la deuda externa a finales de marzo, un plazo demasiado ambicioso para los analistas, en particular tras el reciente fracaso de la provincia de Buenos Aires en su intento por posponer tres meses el pago de un bono por 250 millones de dólares al no conseguir el 75 % de adhesión de los tenedores.
Para evitar que el distrito más rico y poblado de Argentina entrara en «default» en medio de la renegociación de la deuda, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, del mismo color político que el presidente Alberto Fernández, decidió pagar con recursos propios el vencimiento.
Tampoco tuvo éxito la semana pasada el lanzamiento de un canje voluntario del bonoAF20, conocido también como «bono dual», un título emitido en julio de 2018 y que caduca el próximo día 13, con un vencimiento por un total de 105.000 millones de pesos (unos 1.670 millones de dólares), ya que sólo logró cambiar el 10%.
Ayer el Ejecutivo comunicó que postergará hasta el 30 de septiembre próximo el pago de capital de este bono para «poder contar con más tiempo para poder reestructurar» su costeo «de una forma consistente con el resto de la reestructuración de la deuda externa».
Guzmán afirmó sobre este bono «no representa en absoluto todo el resto de la deuda en pesos» porque «siempre» lo consideraron como «algo distinto».
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