Seúl, Corea. El líder norcoreano, Kim Jong-un, y el exjugador de baloncesto y actor Dennis Rodman charlaban con la ayuda de un intérprete en el palco del Estadio Cubierto de Pionyang el 8 de enero de 2014, durante uno de los viajes del estadounidense al país asiático.

Ese encuentro estuvo entre los más publicitados, ya que Rodman viajó con jugadores retirados de la NBA para disputar partidos de exhibición con jugadores norcoreanos y dar gusto a Kim, fan declarado del baloncesto y de los Bulls de Chicago, donde Rodman militó junto a Michael Jordan en la última etapa dorada del equipo de finales de los noventa.

La instantánea la tomó la agencia de prensa norcoreana KCNA el 8 de enero, cumpleaños del líder norcoreano, y aunque a día de hoy sigue sin saberse exactamente el año en que Kim nació, la pompa que rodeó al evento dio aún más peso a la teoría de que el dictador vino al mundo en 1984 y que en aquella ocasión se encontraba celebrando una fecha especial, la de su 30 aniversario.

Pese a su juventud, Kim (que a la derecha en la foto tiene a su mujer, Ri Sol-ju) celebraba además por aquellas fechas de la visita de Rodman su segundo aniversario al frente del país.

Ya le había dado tiempo a supervisar tests armamentísticos, incluyendo una prueba nuclear, y a ordenar, apenas un mes antes de que se tomara la foto, una brutal purga que incluyó la ejecución de su tío político Jang Song-thaek, hasta entonces considerado el segundo hombre más poderoso de Corea del Norte.

En ese lapso Kim ya había sentado las bases de lo que está siendo su mandato, en el cual las pruebas de armas de destrucción masiva se han multiplicado, las purgas han continuado (recordemos el asesinato de su medio hermano, Kim Jong-nam, en Kuala Lumpur en 2017) y los eventos mediatizados -como este con Rodman- a nivel internacional se han normalizado en contraste con la actitud reclusiva de su padre y predecesor, Kim Jong-il.

El líder ha acabado manteniendo dos cumbres históricas con un gran conocido de Rodman en el ámbito del reality televisivo, el ahora presidente estadounidense Donald Trump, cuya candidatura en 2016 el exbaloncestista apoyó encarecidamente.

Rodman, cuyas imágenes cantándole el «Feliz cumpleaños» a Kim -al que se dirigió cariñosamente como «querido mariscal»- en aquel evento del 8 de enero dieron la vuelta al mundo, ingresaría apenas una semana después de tomarse la fotografía en una clínica de desintoxicación. Su agente aseguró entonces a los medios que durante el viaje a Corea del Norte el exdeportista, que arrastraba desde hace años problemas por abuso del alcohol, bebió a un nivel que «ninguno de nosotros había visto antes».

Kim, que es fumador empedernido (nótese la presencia del cenicero en la fotografía) y al que supuestamente le gusta mucho el vodka, fue su compañero de parranda en aquella ocasión.

Muchos creen que su actual obesidad es un reflejo de que no ha dejado atrás ese estilo de vida, motivo por el cual estos días el mundo se pregunta por su salud después de que, en medio de una pandemia de coronavirus, lleve semanas sin aparecer públicamente y se haya perdido los fastos del 15 de abril, cumpleaños de su abuelo y festividad más importante en su país.

EFE noticias

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