Atlanta. Los Bravos de Atlanta dedicaron a la memoria del legendario Hank Aaron, el pelotero negro que hizo historia al ser durante varias décadas el líder de jonrones de las Grandes Ligas.

Pero sobre todo, «The Hammer» (El Martillo), como se conocía a Aaron por el poder de su bate, impresionó a todos durante su trayectoria profesional por las cualidades humanas de ayudar a los que más lo necesitaban tanto dentro como fuera del diamante.

El piloto de los Bravos, Brian Snitker, fue uno de los que habló con más emoción y conteniendo sus lágrimas en el servicio conmemorativo en honor a Aaron, quien murió la semana pasada por causas naturales a la edad de 86 años.

El comisionado de béisbol Rob Manfred, el miembro del Salón de la Fama Chipper Jones y el exjardinero de los Braves Marquis Grissom estuvieron entre los que hablaron en la ceremonia, que se llevó a cabo ante un pequeño grupo de invitados, socialmente distanciados, entre los que se encontraba la viuda de Aaron, Billye, y otros miembros de la familia.

La ceremonia tuvo lugar en la explanada, directamente detrás del plato de home, en Truist Park, de Atlanta.

Los comentarios se realizaron en una exhibición conocida como Monument Garden, que presenta de manera prominente una estatua de Aaron ejecutando el swing que produjo 755 jonrones y con los que superó al legendario Babe Ruth.

Otros enviaron tributos grabados en vídeo, incluidos los miembros del Salón de la Fama del Béisbol John Smoltz y Tim Glavine, el excompañero de equipo de Aaron y actual piloto de los Houston Astros, Dusty Baker, el actual MVP de la Liga Nacional Freddie Freeman, y el exjugador y leyenda de los Bravos, Dale Murphy, quien capturó consecutivamente Premios MVP en la década de 1980.

El famoso No. 44 de Aaron fue pintado en la hierba del jardín central. El presidente de los Bravos, Terry McGuirk, señaló el clima inusualmente cálido de enero -la temperatura subió a los 60 grados Fahrenheit (16 Celsius)- como una señal desde arriba en honor a uno de los mayores íconos del juego.

Al señalar los 10 jugadores de béisbol de la fama que murieron el año pasado, Manfred dijo que Aaron «pertenece al Monte Rushmore de nuestro deporte. Se situó -dentro y fuera del campo- por encima de todos los demás».

La mayoría de los recuerdos se centraron en la humildad de Aaron y el impacto que tuvo después de retirarse como jugador en 1976.

Pocos hablaron de él como quien eclipsó el récord de jonrones de Ruth, o la racha sin precedentes de dos décadas de excelencia sostenida, eso le ayudó a establecer varias otras marcas que aún se mantenían en su poder, sino de la gran persona que era, dedicada siempre a pensar en los demás y tener además un gran conocimiento del deporte del béisbol y de saber sacar lo mejor a cada jugador.

El miércoles se llevará a cabo un funeral privado para Aaron. Será enterrado en el histórico South-View Cemetery, el cementerio negro más antiguo de la ciudad, donde será enterrado junto a líderes de derechos civiles como John Lewis, Julian Bond y Martin Luther King Jr.

Los Bravoss planean honrar a Aaron durante la próxima temporada. Ademá también anunciaron la primera de las iniciativas que serán realizadas en nombre de Aaron.

La primera será la donación de un millón de dólares para establecer el Fondo Henry Louis Aaron, que trabajará en favor de incrementar la participación de las minorías entre jugadores, gerentes, entrenadores y personal de la oficina principal de los equipos en las Grandes Ligas.

Esa fue una de las metas que siempre quiso conseguir Aaron y a la que le dedico mucho tiempo después que se retiró de la competición activa.

Los Bravos reiteraron que mantendrán cada día vivo el legado de Aaron para que siempre se pueda sentir orgullo de la organización a la que también le entrego todo dentro y fuera del campo.

EFE noticias

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