El Gobierno de Argentina, presidido por el ultraliberal Javier Milei, consideró este jueves que la media jornada de huelga general que tuvo lugar el miércoles en el país registró «un acatamiento muy bajo» y no afectó a la normalidad de la vida comercial.
En su conferencia de prensa posterior a la reunión del gabinete de ministros, que tuvo lugar este jueves en la Casa Rosada (sede de Gobierno), el portavoz presidencial, Manuel Adorni, cifró en 40.000 el número de personas que se movilizaron en Buenos Aires frente a la sede del Congreso de la Nación, el mismo dato que había facilitado en la víspera la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
«Destacamos el funcionamiento del protocolo (de seguridad), las denuncias y agradecemos a los millones de argentinos que han confiado en nosotros y no han adherido (a) este paro, que ha representado al 0,19 % de los trabajadores», dijo Adorni a propósito de la primera huelga general convocada en Argentina desde 2019.
Frente a las cifras ofrecidas por el Ejecutivo, la Confederación General del Trabajo (CGT), principal central sindical del país y convocante del paro general, calculó que 1,5 millones de personas se movilizaron en todo el país y 600.000 lo hicieron en Buenos Aires, mientras que la Policía de la Ciudad de Buenos Aires habló de 130.000 participantes, algo más ajustado a la realidad.
Según el Gobierno, todo «transcurrió tal como estaba previsto».
«Fue un día prácticamente normal, la movilización duró tres horas y el transporte funcionó con normalidad hasta las 19:00 (22:00 GMT)», especificó el portavoz.
El Ejecutivo de Milei analizó la huelga general y concluyó que «tuvo un carácter político» y no «surgió de los trabajadores».
Ley ómnibus
A la movilización central de ayer acudieron representantes políticos de la oposición peronista e izquierdista al Gobierno de Milei, que estas semanas busca la tramitación parlamentaria de la ‘ley ómnibus’, uno de sus proyectos estrella.
«Evidentemente una minoría todavía no logra metabolizar el resultado de la elección y, en estas peleas con cuestiones que no son de la Argentina que queremos, proponen andar tirando ministros al Riachuelo o demonizar empresarios. Entendemos que estas cuestiones son espasmos de una casta sindical que está en retirada», dijo Adorni.
El portavoz se refirió así a la «amenaza» lanzada ayer por el transportista y líder sindical de la CGT Pablo Moyano durante el acto central del paro, cuando aseguró que «los trabajadores y los jubilados van a llevar en andas al ministro (de Economía) para tirarlo al Riachuelo».
El portavoz calificó estos dichos de «pirotecnia verbal pesada».
Por su parte, el titular de la cartera económica, Luis Caputo, pidió ayer a la Justicia «tomar cartas en el asunto».
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