La estrategia RAS para equivocarse con gusto y no morir en el intento.
Nacimos para cometer errores y vivimos para evitarlos, ¡Que contrariedad!.
Queremos caminar sin tener que vivir el proceso de tropezar, pero esto es imposible, primero porque desconocemos el camino y segundo porque nos falta experiencia en el arte de andar.
Las caídas son inevitables y aún así luchamos en contra de la gravedad para salir siempre ilesos, siempre intactos.
Que aburrida y sin sabor sería la vida sin esos momentos llenos de picante e incertidumbre, seria como rodar en una carretera recta, sin parar, mínimo yo me duermo.
Esto me tocó a aprenderlo de a poco, porque equivocarme cuando estaba acostumbrada a siempre acertar, ha sido un duro golpe para mi ego y para mi falsa autoestima elevada.
El día que acepté que la vida es dinámica, inconstante, impermanente, llena de cambios que nos transforman, ese día empecé a actuar sin pensar tanto, sin justificar tanto mis equivocaciones, sin avergonzarme tanto de mi y de lo inestable de algunas de mis decisiones y de mis acciones, definitivamente, a partir de ese día algo dentro de mi se liberó.
Aprendí que vinimos a este mundo a experimentar ¿Y como se hace eso sin tener la libertad de equivocarse?
¡Misión imposible!
Quienes cambiaron la historia, tomaron su impulso justo en esas primeras veces que lo intentaron y erraron en sus innovaciones, pero no se dieron por vencidos.
Así que si quieres cambiar por lo menos tu mundo, necesitas exponerte, necesitas equivocarte, dejando atrás tus propios prejuicios.
Porque detrás de esa rabia y frustración al equivocarte solo existe un miedo inmenso al fracaso y a no cubrir las expectativas tan altas que tu mismo te colocas y que permites que otros coloquen sobre ti.
Equivocarse no significa fracasar, además no existe el fracaso, solo existen resultados no deseados y para poder modificar esos resultados necesitas seguir intentándolo aunque eso implique equivocarse mil veces más.
En tal sentido, quiero que aprendas el arte de equivocarte, para que de aquí en adelante te equivoques con gusto.
Esta yo la llamo la estrategia RAS para seguir equivocándote y no morir en el intento, a mi me ha funcionado perfectamente, consiste en esto:
Ríete de tus equivocaciones:
No te tomes las cosas tan en serio, reírse de si mismo, es un arte que pocos desarrollan pero que evita el auto castigo y la victimización, de hecho te da una perspectiva más optimista que te hace ser más resiliente y te lleva a continuar.
Agradece el aprendizaje:
Eso que tu llamas equivocación en realidad es experiencia y la experiencia trae consigo un aprendizaje que será muy valioso para tu vida. Agradécelo y hónralo, tomando todo lo que te ha dejado y que hoy te hace más fuerte, más inteligente y más paciente.
Todo lo que te ocurre será una bendición o una maldición conforme la veas, todo es cuestión de apreciación.
Sácale provecho a tus equivocaciones:
Aquí es momento de entrar en el diálogo reflexivo contigo mismo, te hará tener una perspectiva más objetiva de la situación y te permitirá tomar el aprendizaje implícito en esa situación, lo que te ofrece la posibilidad de hacerlo distinto, de probar nuevas formas que si te lleven al resultado que deseas. Como diría Thomas Edicson, «No he fracasado solo descubrí 999 maneras de no hacer una bombilla» Mira el lado positivo de esa equivocación.
Así que el truco para no frustrarse en el primer fracaso y abandonar está en: Reírse de Si Mismo, Agradecer el Aprendizaje y Sacarle Provecho a Tus Equivocaciones.
Recuerda que vinimos a este mundo a experimentar y experimentar implica vivir, si no te equivocas es porque estás muerto, así que vive, disfruta, experimenta, equivócate y agradece.
Confía en que esa equivocación será de bendición.
Adelante siempre.
Con amor,
Coach Bárbara Ortega
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