Los orígenes del emblemático personaje San Nicolás, que es la viva representación de la navidad, inician a partir del siglo IV, cuando una familia griega recibió a su hijo Nicolás, un niño tranquilo, humilde y solidario con todos.

A sus 19 años, pierde a su familia por la epidemia de peste, quedando así huérfano. Ante aquello decide irse a Mira, una ciudad que actualmente se encuentra en la actual Turquía, y decidió integrarse al sacerdocio.

Desde entonces desarrolló una buena reputación, siendo reconocido por proteger y defender a los más vulnerables, además de continuar con su actitud bondadosa. 

La figura de San Nicolás era tan reconocida en los templos que lo ascendieron a obispo y se declara como patrón de Grecia, Rusia y Turquía, además de ser el santo más venerado por el cristianismo en la Edad Media. 

Una cualidad notoria del santo fue su gran compromiso y preocupación por los niños, por lo que también era conocido como “el obispo de los niños”.

Un 6 de diciembre del año 345, falleció San Nicolás, por ello se comenzó a conmemorar este día, para preservar el legado del obispo. 

De San Nicolás a Santa Claus

Según expertos, los holandeses fueron los responsables de traer a América la figura de San Nicolás, cuando se fundó Nueva Ámsterdam, actual Nueva York.

En la cultura neerlandesa era conocido como ‘Sinterklaas’, que se traduce como Santa Claus, y se trataba de un personaje que entregaba regalos a los pequeños durante el siglo XIX. 

Gracias a las obras “Una historia de Nueva York”, escrita por Washington Irving en 1809, y “Una visita de San Nicolás”, del autor Clement Moore en 1823, se le sumaron otros elementos a la figura de San Nicolás, como el trineo y los renos. 

Ya para 1863 se determinó la apariencia definitiva de San Nicolás, un hombre robusto con barba blanca y aspecto amable, esto por la ilustración de Thomas Nast, inspirándose en la figura de los obispos antiguos.

Coca-Cola y San Nicolás 

Existe un rumor de que Coca-Cola fue quien otorgó la vestimenta roja a San Nicolás, sin embargo, esto no es así, las representaciones de este personaje eran variadas entre los siglos XIX y XX, donde se presentaba con vestimenta roja o verde.

Para 1920 se presentó por primera vez en un anuncio del catálogo ‘The Saturday Evening Post’, causando un gran impacto público y siendo el nuevo símbolo navideño de la compañía de refrescos. 

Desde entonces la figura de San Nicolás es vinculada  con la alegría, con el traje rojo, además de adquirir una apariencia más amigable y humana ante los diseños de Haddon Sundblom.

Curiosas versiones internacionales 

En Cataluña, España, tienen al “Tió de Nadal”, se trata de un tronco de rostro alegre que “evacua” regalos, la condición para conseguir estos obsequios es cuidarlo del frío con una manta y gorro, además de darle frutos secos. 

En el País Vasco está ‘Olentzero’, un carbonero que entrega regalos a los niños que le escribieron una carta, el cual desciende de los bosques para llegar los obsequios y el carbón. 

En Suecia está el ‘Tomte’ o ‘Jultomten’, una especie de gnomo que forma parte del folklore. Un familiar debe vestirse con el traje de este personaje, el 25 de diciembre, y preguntar «¿hay algún niño bueno que viva aquí?« para así entregar los regalos. 

En países como Cuba, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Puerto Rico y República Dominicana, es conocido como “Santi Clo”, mientras que en Costa Rica es “Colacho” y en Chile “Viejito Pascuero”.

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