La economía de nuestra región atraviesa una de sus peores crisis en décadas, y los hoteles de la capital del estado Bolívar son uno de los sectores más afectados.
Lo que antes era un sector próspero, vital para el desarrollo local, hoy se encuentra al borde del colapso.
Las razones detrás de esta situación son múltiples, y cada una de ellas ha contribuido a profundizar la crisis que amenaza con cerrar las puertas de muchos hoteles.
Sector turismo amenazado
Carlos Alaimo, vocero del grupo de empresarios y segundo vicepresidente de la Cámara de Comercio e Industrias del estado Bolívar expresó que la paralización de la actividad minera, una de las principales fuentes de ingresos de la región, ha sido un golpe devastador para la economía local.
La falta de combustible ha dejado inoperante este sector, lo que ha reducido drásticamente la inyección de capital en la región. Sin la actividad minera, el flujo de visitantes ha disminuido, afectando directamente la ocupación de los hoteles.
Muchos de los trabajadores y empresarios vinculados a la minería que solían frecuentar la capital ya no tienen razones para venir, dejando a los hoteles con habitaciones vacías y sin ingresos.
A esto se suma la falta de conectividad aérea. La cancelación de vuelos desde y hacia Canaima y Caracas ha dejado a la ciudad prácticamente aislada.
Esta falta de accesibilidad ha reducido significativamente la llegada de turistas. Sin un flujo constante de visitantes, los hoteles han visto caer sus tasas de ocupación, lo que agrava aún más la crisis que enfrentan.
La actividad agropecuaria, otro pilar económico, también ha sufrido un duro revés. La expansión de la minería ha diezmado las tierras agrícolas, reduciendo la producción de alimentos y afectando el sustento de muchas familias.
Además, el cierre del paso para la carga pesada en el Puente Angostura debido a trabajos de mantenimiento ha encarecido los costos de transporte. Esta situación ha generado un efecto dominó en la economía local, donde cada incremento de costos repercute en la viabilidad de los negocios.
Gastos ineludibles
Los hoteles de la capital también enfrentan una serie de gastos fijos operativos que no pueden eludir. A esto se refirió, Pedro Toledo, directivo de la Cámara de Turismo y propietario del Hotel La Cumbre, quien mencionó que entre ellos se encuentran los pagos a Corpoelec, los cuales se han incrementado estos últimos meses; suministro de electricidad; a Hidrobolívar, por el servicio de agua y al servicio de cable TV.
Estos costos, sumados a la carga tributaria municipal, han puesto a los hoteles en una situación financiera insostenible. Cada mes, las cuentas se acumulan y los ingresos son cada vez más escasos, lo que ha llevado a muchos propietarios a considerar el cierre definitivo de sus establecimientos.
Por su parte, Juan Rivas, propietario de Posada La Terraza explicó que también es necesario obtener alguna respuesta acerca del concepto por relleno sanitario, que viene en la factura de la energía eléctrica pero que no están obligados a pagar ya que no se presta el servicio en el municipio, “sin embargo mes a mes se acumula y si nos la cobran nos obligarían a cerrar definitivamente”, dijo.
Con propuestas claves
Frente a esta situación desesperada, el gremio de empresarios hoteleros ha propuesto varias medidas para intentar salvar al sector. Una de las principales es la reapertura del suministro de combustible para la minería, lo que permitiría reactivar una parte crucial de la economía local y, con ello, aumentar la demanda de servicios hoteleros.
También se ha planteado la reanudación de los vuelos comerciales desde y hacia la capital, una medida que podría mejorar la conectividad y atraer a más visitantes.
Otra propuesta clave es el reajuste en las tarifas de Corpoelec e Hidrobolívar, que aliviaría parte de la carga financiera que pesa sobre los hoteles. Además, se ha sugerido una reducción en la carga tributaria municipal específica para el sector hotelero, con el objetivo de dar un respiro económico a estos negocios que luchan por sobrevivir.
La situación es crítica y el futuro de muchos hoteles en la capital y su plantilla de colaboradores es de incertidumbre.
Las medidas propuestas podrían ser el salvavidas que necesitan para evitar el cierre definitivo, pero su implementación requiere de una acción rápida y decidida por parte de las autoridades.
La supervivencia de la industria hotelera es esencial no solo para los propietarios y empleados, sino para el mantenimiento de la economía local y el bienestar de toda la comunidad.
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