Sao Paulo, Brasil.  El actor británico Liam Neeson, embajador de Unicef, pidió a la comunidad internacional más apoyo a los niños y adolescentes venezolanos que han huido de la crisis que azota su país, en una visita de varios días a la frontera brasileña que concluyó este viernes.

«Pero también vi esperanza en los ojos de los niños refugiados que aprovecharon todas las oportunidades para aprender en un ambiente seguro, crecer saludables y, eventualmente, reconstruir sus vidas en Brasil», completó.

UN VIAJE PARA CONOCER EL DRAMA DEL ÉXODO VENEZOLANO

El célebre intérprete norirlandés viajó a la localidad brasileña de Pacaraima, en la línea divisoria con Venezuela y principal puerta de entrada a Brasil de los venezolanos que huyen de la crisis social, económica y política que vive su país.

Allí conoció de primera mano la realidad de las familias venezolanas recién llegadas a Brasil, donde reciben asistencia médica e inician los trámites migratorios para su posterior integración, en el marco de la Operación Acogida.

Ese operativo, que cuenta con el apoyo de diversos organismos internacionales, entre ellos Unicef y el Ejército brasileño, es una iniciativa puesta en marcha hace unos dos años por el Ejecutivo del entonces presidente Michel Temer (2016-2018) y que el Gobierno del actual mandatario, Jair Bolsonaro, ha dado continuidad.

Neeson también visitó Boa Vista, capital del estado de Roraima, a unos 220 kilómetros de Pacaraima y donde se encuentra uno de los mayores albergues humanitarios en el que habitan más de 1.000 personas, la mitad de las cuales son niños, según Unicef.

De acuerdo con la ONU, unos cuatro millones de venezolanos han salido de su país rumbo a otros lugares del mundo desde finales de 2015, en uno de los mayores flujos migratorios del planeta.

INVERTIR EN LA JUVENTUD, CLAVE PARA LA INTEGRACIÓN

El actor también participó en actividades recreativas y educacionales con jóvenes venezolanos que tienen por objeto facilitar su integración en las escuelas brasileñas.

También visitó un campamento que junta a adolescentes venezolanos y brasileños para promover el buen entendimiento entre ellos y evitar así la creciente xenofobia sufrida por los migrantes venezolanos en algunos países de Latinoamérica.

«Durante mi visita a Brasil vi el poder de la unión de los adolescentes venezolanos y brasileños. Eso hizo que me acordara de mi experiencia durante el conflicto en Irlanda del Norte, cuando vi a niños católicos y protestantes ser amigos, rompiendo la barrera del miedo», apuntó.

Para el director regional de Unicef para Latinoamérica y El Caribe, Bernt Aasen, una de las principales medidas para evitar que la crisis migratoria de Venezuela se agrave aún más es «invertir en los niños y adolescentes» de ese país y «estimular su potencial».

«Además de la asistencia que salva vidas, es fundamental garantizar la integración de los niños migrantes en los sistemas de educación, salud y protección de los países anfitriones», puntualizó.

Unicef afirmó que en diciembre de 2019 solo se había recaudado el 41 % de los 69,5 millones de dólares necesarios para la atención de los jóvenes migrantes venezolanos durante el año pasado.

Para este año, pide 64 millones dólares para dar asistencia a cerca de 633.000 niños afectados por la migración venezolana, que incluyen aquellas que están en tránsito y las ya acogidas en seis países de Latinoamérica, entre ellos Brasil.

EFE

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