Madrid.- El Gobierno español excusó este martes en la «discreción diplomática» sus parcas explicaciones iniciales sobre la presencia de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Madrid, y consideró el asunto como un caso cerrado.

Rodríguez, sujeta a sanciones de la Unión Europea (UE) que le impiden entrar en suelo del bloque europeo, hizo la pasada semana una escala técnica en Madrid, camino de Turquía, que estuvo cerca de causar un incidente diplomático.

El ministro español de Transportes, José Luis Ábalos, acudió al aeropuerto de Madrid porque en ese vuelo viajaba el titular venezolano de Turismo, Félix Plasencia, que es amigo suyo, según dijo, pero también tuvo que hablar durante 20 o 25 minutos con Rodríguez para que no entrara en suelo español.

El Gobierno español mantiene que Rodríguez no llegó a entrar legalmente en suelo del país, con lo que no se violaron las sanciones que la UE mantiene desde 2017 contra dirigentes destacados del Ejecutivo venezolano.

Ábalos ofreció inicialmente varias explicaciones parciales sobre el asunto y, en la última ocasión, durante una entrevista televisiva, señaló que la vicepresidenta venezolana realizó una «escala» y estuvo «en el espacio que la Policía considera frontera».

La ministra portavoz del Gobierno español, María Jesús Montero, afirmó hoy que estas explicaciones iniciales fueron reducidas por la necesidad de preservar la «discreción diplomática» a fin de «evitar una crisis».

USO POLÍTICO A NIVEL DOMÉSTICO

Pero el encuentro se conoció varios días después, a poco más de un día antes de la llegada el sábado 25 a Madrid del presidente de la Asamblea Nacional venezolana y líder opositor, Juan Guaidó, que estuvo en la capital el sábado pasado.

La oposición política española aprovechó a fondo la ocasión para lanzar un ataque contra el Gobierno que preside el socialista Pedro Sánchez, y cuyo socio de coalición es la formación izquierdista Unidas Podemos, a la que la derecha acusa de tener vínculos con el chavismo venezolano.

Al contrario que el presidente francés o el primer ministro británico, Sánchez no recibió a Guaidó en Madrid y dejó el encuentro oficial con el dirigente venezolano en manos de la ministra de Exteriores, Arancha González.

Pero el Ayuntamiento y la región de Madrid, controlados por el conservador Partido Popular, dieron a Guaidó el tratamiento oficial reservado a los jefes de Estado y sus responsables criticaron a Sánchez y al Gobierno, tanto por el supuesto desaire diplomático al líder opositor como por el paso de Delcy Rodríguez por Madrid.

En este sentido, la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, acusó este lunes al Partido Popular de utilizar instituciones «estrictamente nacionales» para hacer «política exterior».

Tanto el PP como el liberal Ciudadanos insistieron hoy en pedir la dimisión de Ábalos y en crear una comisión parlamentaria que investigue el encuentro del aeropuerto, una iniciativa que tiene pocas posibilidades de prosperar con la actual composición del Congreso.

MUTISMO EN CARACAS, «PROVOCACIÓN» PARA LA OPOSICIÓN

Mientras tanto, el polémico paso por España de Rodríguez generó un silencio absoluto tanto en el Gobierno venezolano como en su embajada en Madrid, donde se eludió hablar con la prensa para dar su versión de los acontecimientos o la naturaleza del viaje de la vicepresidenta.

«Esta señora vino a provocar», afirmó hoy en una entrevista televisiva el embajador para España designado por Guaidó, Antonio Ecarri, para quien Rodríguez «conoce exactamente lo que sucede en la Unión Europea, conoce la prohibición que tiene de ingresar al espacio aéreo europeo».

«Y, sin embargo, lo hizo para provocar», añadió Ecarri, quien recalcó que «a eso fue a lo que vinieron a hacer intencionadamente, a crearles problemas a España y la Unión Europea», eludiendo de forma diplomática cualquier crítica al Gobierno español.

PRUDENCIA EN LA UE

Las instituciones de la UE han mantenido estos días un posición muy prudente, insistiendo en que son los Estados miembros del bloque europeo quienes deben aplicar las sanciones y sin querer entrar en si España las incumplió o no en el caso de Delcy Rodríguez.

El responsable de Política Exterior de la UE es el hasta hace poco ministro español de Exteriores, Josep Borrell, quien reconoció este lunes en Bruselas: «No sé si se ha cometido una violación» de las sanciones comunitarias a Venezuela.

Las medidas restrictivas contra Venezuela se aprobaron en noviembre de 2017 «en vista del continuo deterioro de la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos en el país», y desde entonces se han renovado anualmente, la última vez hasta noviembre de este año.

Esas medidas incluyen el embargo de las armas y de equipos empleados para la represión interna, además de la prohibición de entrada en la UE y la congelación de activos a 25 personas altos cargos oficiales del Gobierno venezolano, entre ellas la vicepresidenta Rodríguez.

Rafael Cañas EFE

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