“En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: “¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa”. Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos, les dijo: “Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir”.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana
La Iglesia universal celebra hoy, la fiesta entre otros santos, en honor a San Bonifacio, Obispo y mártir, nació hacia el año 680, en el territorio de Wessex (Inglaterra). Su verdadero nombre era Winfrido. Ordenado sacerdote, en el año 716. En el año 718 viajó a Roma para solicitar del papa Gregorio II autorización de misionar en el continente. Murió martirizado el 5 de junio del año 754. Es el apóstol de Alemania y el patriarca de los católicos de ese país.
Y la liturgia de hoy nos presenta al Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Marcos capítulo 12, versos del 38 al 44, En el que el Maestro JESÚS, con dos ejemplos da una enseñanza, a sus discípulos, de cómo vivir la austeridad y la entrega absoluta de los Valores del Reino. Por eso es que JESÚS, pone a sus seguidores en guardia frente a los doctores de la Ley, pues les gustaba circular por las plazas con largas túnicas, recibir los saludos de la gente, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros lugares en los banquetes; por lo que, en vez de orientar al pueblo hacia DIOS, atraían la atención de la gente hacia ellos mismos, buscando su propio honor. Y se aprovechan de su condición para vivir de las viudas, que eran unas de las personas débiles en la estructura social judía.
Precisamente es una de estas viudas, la que va a poner en evidencia a la religión corrupta de estos dirigentes religiosos. Esta viuda no anda buscando honores, ni prestigio alguno, actúa de manera callada y humilde. No piensa en explotar a nadie, al contrario, da todo lo que tiene porque otros lo pueden necesitar. La viuda que ve JESÚS, da su limosna no como obligación financiera ante una institución impersonal sino como la forma de retribuir a DIOS por todo lo que el Señor ha hecho por ella. Por eso es que JESÚS les dice a sus discípulos que difícilmente encontrarán entre los letrados de la Ley un corazón religioso y solidario como el de ella.
Al confrontarnos con el texto, y hacer nuestras las dos enseñanzas que JESÚS nos da hoy ya que nos ayudan a configurarnos con Él, para poder asumir de manera auténtica y radical nuestra Misión. Y aunque las dos enseñanzas nos atañen a cada uno, la primera gira en torno a nuestro comportamiento y el trato hacia nuestros semejantes y la segunda tiene que ver con nuestra actitud de desprendimiento de los muchos o pocos bienes que poseamos.
Por eso es que cada uno de los que nos llamamos seguidores de JESÚS, tenemos que hacer lo imposible para alejarnos del “modos vivendi” de los escribas ostentoso y excluyentes, para generar un ambiente de familiaridad en el seno de nuestra comunidad, de tal manera que nadie se sienta ni más, ni menos que los otros. Y que siempre tengamos presente que cualquier responsabilidad que tengamos no nos da derecho a atropellar, ni excluir a nadie, sino más bien a servir a todos, al estilo de nuestro Señor JESUCRISTO.
Y en torno al desprendimiento y al sentido oblativo que debemos darle a nuestra vida cotidiana, tenemos que tener presente que dar es la acción del generoso, pero a veces, cuando damos un donativo a un semejante o colaboramos en nuestra comunidad Eclesial, lo hacemos desde lo que nos sobra, como para tranquilizar la conciencia; olvidándonos que se debe dar desde lo que se necesita para vivir, esa es la forma de retribuir a DIOS y de demostrar nuestra confianza en la Providencia Divina. Es por esta razón, que JESÚS dice: “Esta viuda que es pobre, ha echado más que todos los que echan en el tesoro, porque ha echado todo lo que tenía para vivir”.
Señor JESÚS, ayúdanos a configurarnos contigo en el desapego y la entrega total a nuestros semejantes, ya que en la gratuidad del servicio y en el compartir de lo poco o mucho que tengamos es donde demostramos que estamos en la ruta correcta trazada por Ti. Amén.
Luis Perdomo
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