«Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él. Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?». Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea. Mientras iban de camino, le dijo uno: «Te seguiré adondequiera que vayas».
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro le dijo: «Sígueme». Él respondió: «Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre». Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios». Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa». Jesús le contestó: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».
Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela.
En este Décimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario la Iglesia Universal celebra la fiesta, entre otros santos, en honor a San José María Robles Hurtado, fue un sacerdote, escritor, fundador y mártir mexicano. Nació en la ciudad de Mascota, Jalisco, el 3 de mayo de 1888, festividad de la santa cruz. El 26 de junio de 1927 fue asesinado, ahorcado en la parte más alta de la sierra de Quila, Jalisco, México, a causa de la Guerra Cristera.
Y la liturgia diaria nos presenta el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Lucas capítulo 9, del verso 51 al verso 62, En el que el Evangelista comienza la narración del camino de JESÚS de Galilea a Jerusalén. Y es que el Maestro toma la firme decisión de dirigirse al centro judaísmo, Jerusalén y el Templo, para desde allí hacer Su Anuncio liberador en confrontación directa con el sistema del poder religioso, político y económico que imperaba en Israel.
Durante el viaje, mientras se acercaban a una aldea de samaritanos, JESÚS envió mensajeros delante de Él para preparar su hospedaje. Sin embargo, los samaritanos, sabiendo que el grupo iba a Jerusalén, los rechazan porque eran enemigos acérrimos de los judíos. Y esa acción de los samaritanos, tiene una reacción en los seguidores de JESÚS, que le propone enviar fuego del cielo para destruir el pueblo de los Samaritanos, que, es una consecuencia de la concepción del DIOS en el Antiguo Testamento. JESÚS, que AMOR y Tolerancia, reprende a sus discípulos, y se fue a otro pueblo.
Seguidamente se narran tres breves escenas para resaltar el gran compromiso que conlleva el seguir a JESÚS. En las que hay quienes se ofrecen a seguirlo poniendo ciertas condiciones que el Maestro las desbarata, aclarando que la urgencia de predicar, de vivir y de Testimoniar el Reino de DIOS, tiene prioridad absoluta incluso sobre los lazos familiares bendecidos por la Ley.
Otro es invitado y también antepone una cláusula que equivale a postergar el seguimiento. JESÚS, no oculta nada, no le dice que su vida está llena de confort y comodidad, sino que es como la de un perseguido y rechazado que carece de apoyo. Se identifica como «Hijo del Hombre», título que incluye tanto la impotencia del momento como el poder que a su tiempo heredará. La respuesta de JESÚS, sobre el arado, ha quedado inmortalizada, ya que quien comienza a cultivar el campo de DIOS, no puede volverse atrás, ni imponer sus ritmos, sino que tiene seguir arando con la confianza absoluta en DIOS que lo puede todo y nunca nos abandona. El tercer episodio corresponde a una persona que quiere seguir a JESÚS, pero que está pendiente de despedirse primero de la familia. La respuesta del Maestro, puede verse como desconcertante. Pero es que JESÚS, reclama una actitud radical frente a su proyecto de vida, para cuya realización demanda prioridad incondicional, y para lo cual no hay excusa que valga.
Al confrontarnos con el texto, vemos que el camino hacia Jerusalén es un itinerario necesario para la Salvación integral a la que todos estamos llamados, tanto los fieles seguidores de JESÚS, como también los samaritanos de hoy, que por no tener a alguien que les haga comprender Quien es JESÚS, lo rechazan. Teniendo claro que el Camino hacia la Jerusalén Celestial, es un Camino de Amor y sacrificio, también de rechazo e incomprensiones, y que es explicado de manera diáfana por JESÚS para que los que decidan seguirlo sepamos a que atenernos.
Sin duda que esta claridad con la que no habla El Maestro a muchos nos generará miedo, porque muchas veces consideramos que ser cristianos es llevar una vida de ritualismo y de posturas de «santidad» para lo externo, pero sin nada de sacrificios y de compromisos de solidaridad hacia nuestros semejantes. Y por eso es que la mayoría no entendemos que la Propuesta del Evangelio de JESÚS, es un Camino que Transforma realidades e interpela a las personas que aceptan libremente Su Mensaje, y los primeros que debemos ser transformados somos nosotros despojándonos de nuestras intrigas e indiferencia y de las críticas tan duras ante los procederes de nuestros semejantes.
Otra desviación muy frecuente que tenemos algunos seguidores de JESÚS, es la de pretender que los otros lean y pongan en práctica lo que está escrito en la Sagrada Escritura, sin tener en cuenta que la Palabra de DIOS no se impone a la fuerza, Ella debe de Proclamarse y Testimoniarse con la vida, y de esta manera el Mensaje, al igual que el Mensajero de DIOS, deben de seguir Caminando y Anunciando de pueblo en pueblo las «Buenas Nuevas del Reino», que es AMOR y Fraternidad.
Por eso es que, en nuestro itinerario cristiano de cada día, hemos de estar muy atentos de no caer en la tentación de separar o satanizar a quienes no lo aceptan, porque JESÚS, que es nuestro Prototipo de Vida y con quien tenemos que hacer lo imposible para Configurarnos, a lo largo de su vida terrena, fue testimonio del Amor Misericordioso, que es la Característica principal del Reino de DIOS.
Señor JESÚS, ayúdanos a entender que el Camino hacia la Jerusalén Celestial, es un Camino de Amor y sacrificio, también de rechazo e incomprensiones, y con esta claridad podamos tener la fuerza, para no caer en la tentación de separar o satanizar a quienes no aceptan Tu Proyecto de Vida. Amén.
Luis Perdomo
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