Ciudad Guayana.-“En aquel tiempo, dijo Jesús: “En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas caminan delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”. Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana.

La Iglesia Universal celebra en este Cuarto Domingo de Pascua, el Domingo del Buen Pastor o fiesta litúrgica de Jesús, el Buen Pastor. En 1963, el Papa Pablo VI designó la fiesta del Buen Pastor como la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Felicitaciones a toda la feligresía de la Parroquia Buen Pastor, de nuestra Diócesis, al Seminario Interdiocesano Buen Pastor de Ciudad Bolívar y por supuesto a todos nuestros Seminaristas. ¡Que el Buen Pastor nos lleve a Su Redil!

Y la liturgia diaria nos presenta el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Juan capítulo 10, verso 11 al verso 18, en el que se presenta un relato que se enmarca dentro de lo que han calificado los expertos como los discursos de la despedida, cuyo género le da una cualidad sui generis dentro de los Evangelios, aunque nos es exclusivo ya que podemos encontrar unos discursos parecidos en Antiguo Testamento tales como: las bendiciones de Jacob (Gen 49,1-28); el último mensaje de Moisés a su pueblo (Dt 31-34) o la despedida de Matatías a sus hijos (1Mac 2,49-70)

En el texto de hoy JESÚS da un nuevo paso. Antes de presentarse a sí mismo como «Buen Pastor», Él hace notar a su rebaño que el redil tiene una puerta y que sólo quien es capaz de descubrirla y de pasar por ella tiene acceso a la Vida, ya como oveja, ya como pastor. Dicha Puerta es Él mismo ofrecido de una vez para siempre por sus hermanos. No se puede entrar a la casa del Padre si no es por el umbral del Hijo; no se puede salir a los pastos de DIOS si no es por la Divina humanidad de Cristo.

Al confrontarnos con el texto y ver esta imagen con las que se nos presenta nuestro Señor, de ser la Puerta de acogida y libertad en la que nosotros que somos sus ovejas podemos entrar y salir sin temor a perdernos porque allí está el Pastor cuidándonos. Y es que, la voz del Pastor es inconfundible y Su Amor es un Amor personalizado, ya que llama a cada oveja por su nombre y ellas se identifican con Él. Esto indudablemente que, nos llena el corazón de gozo, al sentirnos amados de esta manera tan personal y cercana. Ese es el Pastor de nuestras vidas, Él es JESÚS, cercano, y sensible al contacto humano.

Sin dudas alguna que es una imagen hermosa y retadora, que seguramente siempre lo ha sido, pero en un mundo tan plural como el nuestro suena incluso escandalosa. Por eso es que, Él mismo se da como el Eterno Presente para todos los que quieren encontrarse con DIOS o darlo a conocer. Y al cruzar el umbral de esa Puerta, nos espera un Amigo que nos mira con ojos de ternura y se compadece de cada uno de nuestros problemas y ante los desvíos del Camino Él mismo sale a nuestro encuentro, para que volvamos a Él.

Porque una cosa es bien clara: nadie que haya conocido la Puerta puede obviar la invitación a atravesarla, nadie que haya escuchado al Pastor puede sustraerse a su Palabra. De allí que hoy sea el día para preguntarnos: ¿Es posible sostener, hoy como ayer, que existe solo un Camino, una Verdad, una Vida? ¿Qué significa para nuestra Fe, que Solo Cristo sea la Puerta de la Vida abundante? ¿Será que este tiempo de la pandemia, en el que tenemos tantas amenazas, sea el tiempo propicio para pensar en un reencuentro definitivo con Nuestro Creador a través de la Puerta que es Cristo JESÚS?

Señor JESÚS, Tú Eres el Buen Pastor, la Puerta de la Esperanza y del futuro de la Vida. Ayúdanos a entrar por la Puerta de Tu redil, para ser ciudadanos auténticos, y con Tu Protección y Fuerza podamos echar del redil a todos los salteadores e impostores, que amenazan la vida de Tus ovejas. Amén.

Luis Perdomo

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