En aquel tiempo, los judíos tomaron de nuevo piedras para tirárselas, y Jesús les dijo: «He hecho delante de ustedes muchas obras hermosas que procedían del Padre; ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?» Los judíos respondieron: «No te apedreamos por algo hermoso que hayas hecho, sino por insultar a Dios; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.»
Jesús les contestó: «¿No está escrito en la Ley de ustedes: Yo he dicho que son dioses? No se puede cambiar la Escritura, y en ese lugar llama dioses a los que recibieron esta palabra de Dios.
Y yo, que fui consagrado y enviado al mundo por el Padre, ¿estaría insultando a Dios al decir que soy el Hijo de Dios? Si yo no hago las obras del Padre, no me crean. Pero si las hago, si no me creen a mí, crean a esas obras, para que sepan y reconozcan que el Padre está en mí y yo en el Padre.»
Otra vez quisieron llevarlo preso, pero Jesús se les escapó de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba al principio, y se quedó allí. Mucha gente acudió a él, y decían: «Juan no hizo ninguna señal milagrosa, pero todo lo que dijo de este era verdad.»
Y muchos de ese lugar creyeron en Jesús.
Reflexión del Evangelio
En la liturgia del día meditamos los textos: Jr 20,10-13; Sal 17; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO según San Juan capítulo 10, del verso 31 al 42. En el que JESÚS con una autoridad admirable, se encara con quienes buscan silenciar Su Voz.
La tensión con ellos va creciendo hasta el punto que quieren lapidarlo por «blasfemo», ya que se ha atribuido facultades que solo pertenecen a DIOS y por haberles dicho que: «el Padre y Él son Uno” y que «Él es Hijo de DIOS».
Sin embargo, JESÚS, no se acobarda y decididamente les pregunta qué por cuál de sus obras o por cuál de sus Palabras lo van a apedrear, y los invita a que examinen si lo que Él hace no es Voluntad de DIOS.
Ellos de ninguna manera aceptaron esa invitación, porque era evidente que su confrontación con JESÚS no era por la defensa de fundamentos religiosos, sino porque JESÚS con Sus Palabras y con Sus Obras, ha develado ante el pueblo todo el tinglado de una falsa religiosidad, que era la base para la explotación y el sometimiento del pueblo, en contubernio con el imperio romano.
Vida terrenal de Jesús
Al confrontarnos con el texto, vemos que tanto en el tiempo que JESÚS vivió Su Vida terrena, como en nuestro tiempo, hay muchos que aun cuando digamos que creemos en DIOS, vivimos una experiencia de fe sin profundidad, que se expresa en el mero cumplimiento de normas, disciplinas, ritos y tradiciones carentes de vida y sin fuerza transformadora en nuestra vida personal y en los distintos círculos sociales donde nos desarrollamos.
Por eso es que, ante las tribulaciones, hay muchas dudas y lejos de afianzarnos ante lo REAL que es Cristo JESÚS, comenzamos a buscar otros atajos, como queriendo «lapidar» o «dilapidar», lo que se tiene para ir en búsqueda de lo incierto.
Y es que vivir en Fidelidad a DIOS, es colocarse en contra vía a los intereses del mundo y a los intereses personales de los que conducen las riendas de nuestras instituciones políticas, económicas, sociales y religiosas. Por eso es que este tiempo de Cuaresma, que está llegando a su fin, deberíamos aprovecharlo para revisar nuestra conciencia y nuestras actitudes hacia nuestros hermanos, acercarnos al confesionario, y arrepentidos y perdonados, hacer lo imposible por asumir nuevas actitudes en el creer, y en el vivir el compromiso de la transformación del mundo, de nuestra sociedad, de nuestra familia y de nuestra propia Iglesia.
De tal manera que podamos transmitirles a propios y extraños nuestra confianza en DIOS, con gestos de Solidaridad, denunciando las injusticias, y ayudando a entender a nuestros semejantes, que las respuestas o las soluciones a nuestros males sociales tiene que ser tarea de todos.
Si hacemos esto, estaremos emulando el gesto de la confianza en DIOS, de tantos santos que siguiendo el ejemplo de nuestro Señor JESUCRISTO entregaron sus vidas, para tener un mundo más humano y solidario.
Señor JESÚS, perdona nuestra dudas y temores ante la tribulación, ya que en vez de afianzarnos en la Roca que es Tu Palabra, comenzamos a buscar respuestas ajustadas a nuestros intereses y por eso somos víctimas de ilusionista que «lapidan» Tu Verdad y Tu Justicia.
Amén.
Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana
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