“En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció. Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos ha llegado por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer”.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana.
En este primer Domingo del año 2022, la Iglesia Universal celebra el II Domingo después de la Navidad, por lo que seguimos discerniendo y experimentando la Extraordinaria Noticia de que DIOS se Ha Hecho uno como nosotros para Enseñarnos a Ser más Humanos.
Y la liturgia diaria nos presenta el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Juan capítulo 1, del verso 1 al verso 18. En el que se presenta el llamado prólogo de este Evangelio, donde el Hagiógrafo hace una síntesis de la Vida y Misión de JESÚS. Y usando un lenguaje poético y teológico, nos dice que JESÚS es la Palabra Eterna del PADRE, el Logos que estaba junto a DIOS antes que Creara todas las cosas, porque en definitiva Era DIOS Mismo. Por lo que todo fue Hecho, “Por Él y para Él”.
Juan sintetiza de manera magistral la Razón por la que DIOS Se Encarna en la humanidad. Y es que la Palabra de DIOS Se Sumerge, Se humaniza en la historia y en la cultura, por medio de la Persona de JESÚS para traer la Luz al mundo entero. Pero la mayoría de la humanidad, haciendo uso de su libre albedrío concedido por DIOS, no aceptó esta oferta, sino que la rechazó.
Y aunque la mayoría ha permanecido sorda y con el corazón cerrado a la Buena Noticia de Vida y de Salvación, por la Sagrada Escritura, podemos saber también, que, desde el principio ha habido un “pequeño resto” del pueblo de DIOS, que si lo ha Aceptado y en atención a ellos y a través de ellos es que DIOS sigue Manifestándose para que otros tantos nos volvamos a Él.
Al confrontarnos con el texto, podemos ver que en JESÚS Revela la Misericordia de DIOS, y se Hace uno de nosotros para Dar Vida, para Reivindicar a tantos seres humanos que sufren los desmanes y los abusos de muchos que creen tener potestad para hacerlo. Ya que JESÚS con Su Palabra y con Sus Obras nos Comunica al Padre y nos invita a Ser Sus Testigos en medio de un mundo que actúa de espaldas a DIOS, y con nuestras acciones lograr cambiar esas condiciones tan adversas, aunque parezcan imposible, ya que “para DIOS nada es imposible”.
El texto también nos dice: “a DIOS nadie lo ha visto jamás; el Hijo que Estaba junto al PADRE Fue que nos los dio a conocer”. Y será por eso que muchas veces dudamos cuando nos preguntan: ¿usted ha visto a DIOS? Y es aquí cuando debemos tener la certeza de que, JESÚS nos Revela y nos Comunica al PADRE, para hacernos conscientes de que somos hijos Suyos, Creados a Su Imagen y Semejanza, y si todos somos Sus hijos, entonces todos nosotros somos hermanos con la misma dignidad.
Y si JESÚS, que es el Rostro Visible del PADRE, nace en nuestros corazones para Revelarnos al Padre y para hacernos hijos de DIOS, podemos inferir que cada vez que vemos a un semejante, estamos viendo a DIOS. Y para que esto sea posible sería muy oportuno preguntarnos: ¿Ante la circunstancia que nos ha tocado vivir estamos actuando como verdaderos hijos de DIOS? ¿Estamos correspondiendo con el Mismo AMOR que DIOS no ha dado, a nuestros hermanos, para mirar y hacer ver el Rostro de DIOS? ¿Somos verdaderos hermanos en la búsqueda de la igualdad entre nosotros?.
Señor JESÚS, Tú que Eres la Palabra Hecha Carne, Fortalece nuestras debilidades e Ilumina las oscuridades de nuestras dudas, para que, en los próximos 12 meses, podamos ser Tus Testigo con palabras y obras, en un mundo empeñado en actuar de espaldas a Tus designios. Amén.
Luis Perdomo
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