“En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Si el mundo los odia, sepan que antes me odió a mí. No sería lo mismo si ustedes fueran del mundo, pues el mundo ama lo que es suyo. Pero ustedes no son del mundo, sino que yo los elegí de en medio del mundo, y por eso el mundo los odia. Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más que su patrón. Si a mí me han perseguido, también los perseguirán a ustedes. ¿Acaso acogieron mi enseñanza? ¿Cómo, pues, acogerían la de ustedes? Les harán todo esto por causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió”.

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana

La Iglesia universal celebra hoy, la fiesta entre otros santos, en honor a San Víctor I, originario de África, sucedió en el pontificado a San Eleuterio hacia el año 189. Afrontó eficazmente las grandes dificultades de su época. Fue el primer papa que afirmó la existencia de un magisterio moral del obispado de Roma sobre los otros obispados de la Iglesia y comienza a sustituir el griego utilizado en la liturgia por el latín, aunque la misa seguirá celebrándose en griego hasta el año 230. Condena la celebración de la Pascua según la costumbre judía que la celebraba el día 14 del mes de Nisán, aunque no coincidiera en domingo, y fijó para todas las Iglesias la celebración de la fiesta de Pascua en el domingo que sigue inmediatamente a la Pascua judía.

Y la liturgia de hoy nos presenta al Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Juan capítulo 15, versos del 18 al 21, en el que JESÚS, les advierte a sus discípulos sobre las persecuciones que sufrirán de parte de los poderosos de este mundo. Ya que a pesar de que JESÚS vuelve al PADRE para iniciar una Presencia más eficaz y universal entre los hombres, el demonio sigue actuando con su poder usurpado, y dirige contra los creyentes y contra la Iglesia el odio de los que, inconscientemente muchas veces, son sus instrumentos. Estos son a los que el Evangelio, según San Juan, llama el mundo.

La advertencia de JESÚS alude a lo que ha sido y será Su propia experiencia del mundo en Su contra: odio, persecuciones y muerte. Y si los discípulos son coherentes con las enseñanzas del Maestro tendrán las mismas consecuencias, por lo que deben de estar preparados para experimentarlas en cada momento de su vida misionera. Ya que el odio por parte de los que no comparte el mensaje de AMOR de JESÚS, se hará presente en lo que ellos comiencen a Testimoniarlo.

 Por eso es que en este diálogo de despedida, JESÚS adelanta a los discípulos las consecuencias que tendrá su seguimiento. Las razones son claras: el desconocimiento del PADRE y del mismo JESÚS llevan a posicionarse en contra de cualquiera que se tome en serio la propuesta cristiana. Y es comprensible porque el Mensaje de AMOR de JESÚS, abre los caminos hacia la justicia y la paz, que va en contra de los que mancillan la dignidad de las personas y solo velan por sus ambiciones personales.

Al confrontarnos con el texto, vemos que la advertencia que recoge este pasaje proclamado hoy tiene como objetivo consolidar el seguimiento de los discípulos, y que lleva a la configuración total con la Misión del Maestro, ya que, la Misión de JESÚS fue comunicar el AMOR del Padre al mundo y denunciar las injusticias y los egoísmos que al final de cuenta va en contra de la misma humanidad. Sin embargo, el mismo Maestro nos advierte que no es una tarea fácil, la aceptación del Evangelio por parte del mundo, especialmente por quienes defienden intereses egoístas, opuestos a los Valores del Reino.

Y es que el destino de los creyentes es ser odiados por el mundo. Sentimientos de rechazos que quizás muchos de nosotros lo hemos experimentado muchas veces, ya que basta con que uno empiece una vida más cristiana y responsable, para que le vengan oposiciones y odios de sus mismos familiares. Es un odio del que nadie podría decir el motivo; pero el demonio, que hace todo para desanimarnos, si lo sabe. Por eso es que JESÚS nos da un gran consuelo y es el de sabernos Configurados con Él, aunque sea en un grado minúsculo por todo lo que Él sufrió.

Por lo que hay que tener bien claro que, cuando nuestra esperanza no viene de DIOS, la prueba nos desanima; pero si la esperanza es de DIOS, la prueba la fortalece y nos mantenemos firmes. Por eso es que hay que evitar a toda costa el adaptarnos a las cosas del mundo por temor a las críticas o al no ser admitidos en los círculos sociales por no comportarnos como ellos, porque esa actitud cobarde nos hará ganar la aceptación del mundo, pero nos hará perder la Vida Eterna.

Señor JESÚS, danos el valor necesario para ser Tus verdaderos testigos, y luchar por la instauración de la Verdad y la Justicia en el mundo, aunque esto nos haga perder la amistad y las consideraciones de los que están en contra de estos valores. Amén.

Luis Perdomo

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