Evangelio del Día

En aquel tiempo, los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era muy solemne, rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él.

Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua. El que lo vio lo atestigua y su testimonio es válido, y él sabe que dice la verdad, para que también vosotros creáis. Y todo esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: No se le quebrará hueso alguno. Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.

Reflexión del Evangelio

La Iglesia universal celebra hoy la fiesta del Sagrado Corazón de JESÚS, para que los fieles veneren, honren e imiten más intensamente el amor generoso y fiel de Cristo por todas las personas. La devoción al Corazón de JESÚS ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, inspirados en el Costado y el Corazón abierto de JESÚS, de donde salió sangre y agua.

De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo. Es una festividad movible, que se celebra el viernes posterior al segundo domingo después de Pentecostés.

La liturgia del día meditamos los textos: Os 11; ,1b.3-4.8c-9; Sal Is 12,3-4.5-6; Ef 3,8-12.14-19; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO según San Juan, capítulo 19, del verso 31 al 37.

En el que el Evangelista narra la quinta y última escena de la Crucifixión de JESÚS. Ubicándonos en el rictus mortis que tenían los romanos de quebrarle las piernas a los crucificados, para reducir su sufrimiento, ya que de esta manera aceleraban su muerte por asfixia, al quitarle el apoyo de las piernas.

Jesús no se quebrará

A JESÚS no se las quebraron porque ya estaba muerto y porque de acuerdo a lo que dice el hagiógrafo tenía que cumplirse la Escritura, es decir al Plan Previsto por DIOS. Que tal como está escrito en el libro del Éxodo, al Cordero de la Pascua no había que quebrarle los huesos.

Y al no quebrarle los huesos a JESÚS, se confiesa, que es el Cordero de DIOS Inmolado por los pecados del mundo, para celebrar la Nueva Pascua o el Nuevo Pacto de DIOS con la humanidad.

El soldado romano no le quiebra los huesos a JESÚS, pero si traspasa con su lanza, el costado del Crucificado, de donde brota «Sangre y Agua».

Acción que generó en la Tradición de la Iglesia, la certeza de la Entrega por parte de Nuestro Señor JESUCRISTO, de los Sacramentos del Bautismo y la Eucaristía, para constituir una Comunidad, que como Nuevo Pueblo de DIOS viva en Comunión por la Fe.

Y de esta manera Celebre y Testimonie en el Bautismo y la Eucaristía los Dones de DIOS que el Cordero nos regaló con Su Inmolación.

Celebrar el Sagrado Corazón de Jesús

Al confrontarnos con el texto, para hurgar en el sentido subliminal de esta hermosa Tradición de celebrar el Sagrado Corazón de JESÚS, que nuestra Iglesia nos ha dejado para la posteridad. Nos damos cuenta de que celebrar la Solemnidad del Corazón Traspasado de JESÚS, es celebrar el Acontecimiento de AMOR más Grande que ha vivido la humanidad.

Ya que ese Corazón Traspasado es el lugar del Encuentro de la Comunidad Eclesial, donde podemos encontrar la Paz, la Compasión, la Solidaridad, la Justicia, y la Fraternidad.

Porque es el Corazón Traspasado de JESÚS que se abre como una Gran Fuente de Agua Inagotable, de la que brota el AMOR de DIOS, para saciar la sed de Justicia del mundo, el que fortalece la Misión y el compromiso de todos los que llamamos seguidores de JESÚS, para tratar de ablandar y convertir «el corazón de piedra» de una inmensa mayoría de hombres y mujeres, en el que el odio, la indiferencia, la violencia han hecho su morada.

El amor de Dios

Por eso es que hoy es el día, para repetir la expresión de San Pablo: «El Amor de DIOS ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado» (Rom 5,5).

Y pedirle con mucha Fe al Espíritu Santo, que nos regale un corazón justo y compasivo, y con nuestro testimonio de vida, muchos puedan convertirse y el mundo pueda ser dignificado y redimido por el Corazón Traspasado de JESÚS.

Señor JESÚS, ayúdanos a entender que la verdadera devoción a Tu Corazón consiste en sintonizar Tu Corazón, con nuestro corazón, muchas veces fatigado por las carencias y rencores, que lo intranquilizan.

Y al estar sintonizados actuemos de acuerdo a Tus enseñanzas.

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