“En aquel tiempo, los Pastores fueron apresuradamente y hallaron a María y a José con el recién nacido acostado en el pesebre. Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del niño. Todos los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían. María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior. Después los pastores regresaron alabeando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, tal como los ángeles se lo habían anunciado. Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, nombre que había indicado el ángel antes de que su madre quedara embarazada”.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana.
La Iglesia Universal, celebra la fiesta de Santa María Madre de DIOS, es la primera Fiesta Mariana que apareció en la Iglesia Occidental, su celebración se comenzó a dar en Roma hacia el siglo VI, probablemente junto con la dedicación, el 1º de enero del templo “Santa María Antigua” en el Foro Romano, una de las primeras iglesias marianas de Roma. Y en la última reforma del calendario litúrgico, luego del Concilio Vaticano II, se trasladó la fiesta al 1 de enero, con la máxima categoría litúrgica, de solemnidad, y con título de Santa María, Madre de DIOS.
Y la liturgia de hoy nos presenta al Evangelio de JESUCRISTO, según San Lucas capítulo 2, versos del 16 al 21. En el que se relata la Manifestación de DIOS en la pobreza, la sencillez, y la debilidad de un niño recién nacido, junto a la presencia de los Pastores que no gozaban de buena reputación en tiempos de JESÚS, y que son los primeros en recibir el EVANGELIO o Buena Noticia, e inmediatamente se convierten en Testigos o Evangelizadores, ya que fueron a compartir “lo que habían visto y oído”. Es de hacer notar que, los pastores eran los pobres de los pobres, y sin embargo DIOS los favoreció y fueron los primeros en llevar la Buena Nueva del nacimiento del Salvador.
También es importante destacar que una de las características del Evangelio de Lucas es que desaparecen todas las barreras sociales. Ya que, los pastores, que no poseen ningún estatus social, son justamente aquellos a quienes DIOS los tiene una especial consideración. Por lo que no poseen nada se abren al mensaje del Ángel. Sus respuestas son de alegría y alabanza por el misterio de AMOR que se despliega frente a ellos: un niño vulnerable y dos padres sin experiencia.
María por su parte adopta una actitud contemplativa ante el Misterio que se le Revela, Transformándose así en modelo del Discípulo Misionero, llamados a discernir siempre la Voluntad de DIOS y aceptarla en su vida. Y es que, la grandeza de María se observa en el hecho que se tomó un tiempo para meditar esta Revelación, no sólo en su mente, sino “EN SU CORAZÓN”.
Al confrontarnos con el texto, en este y primer día de este año 2022 y octavo día después de Navidad, dedicado como una solemnidad a María, la Santa Madre de DIOS, es recordar que el ser humano nace con un propósito. Ya que cada persona ha nacido para disfrutar a sus anchas las bondades de la Creación y para poner al servicio de sus semejantes los dones y talentos que DIOS le ha dado, construyendo de esta manera su felicidad y la de sus seres queridos.
Por eso es que en este año 2022, que recién está comenzando, es el momento oportuno para pedirle a DIOS, el regalo de irradiar con alegría y optimismo los espacios y las realidades en la que estamos insertos, poniendo a disposición de nuestros semejantes nuestros dones, virtudes y los pocos o los muchos bienes materiales que tengamos.
También es el momento para sortear las dificultades y poner nuestra confianza en JESÚS, que, es la Palabra de DIOS, hecha carne, que Vive entre nosotros. Y como nuestra Madre María podamos proclamar las maravillas del SEÑOR, que sigue mirando la humildad de Sus Siervos. Y que, este nuevo, que recién está comenzando, el SEÑOR “nos muestre Su Rostro y nos conceda la paz” (Núm 6,24), se apiade del pueblo de VENEZUELA, para salir de esta postración, y con fuerza y confianza, nos enrumbemos en la reconstrucción de una sociedad de Justicia y de Progreso.
Señor JESÚS, Tú comienzas de nuevo con nosotros en todas las etapas y circunstancias de nuestras vidas. Ayúdanos a vivir con entusiasmo este año que estamos comenzando, y que podamos ser mensajeros de fe, de paz y esperanza para todos nuestros semejantes. Amén.
Luis Perdomo
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