En aquel tiempo, Jesús llegó a Nazaret, entró a la sinagoga y dijo: “Ningún profeta es bien recibido en su patria. En verdad les digo que había muchas viudas en Israel en tiempos de Elías, cuando el cielo retuvo la lluvia durante tres años y medio y una gran hambre asoló a todo el país. Sin embargo, Elías no fue enviado a ninguna de ellas, sino a una mujer de Sarepta, en tierras de Sidón. También había muchos leprosos en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio”.
Todos en la sinagoga se indignaron al escuchar estas palabras; se levantaron y lo empujaron fuera del pueblo, llevándolo hacia un barranco del cerro sobre el que está construido el pueblo, con intención de arrojarlo desde allí. Pero Jesús pasó por medio de ellos y siguió su camino”.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana
La Iglesia universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a San Filemón, fue un animador de las Comunidades Cristianas del siglo III, que se extendían a lo largo de toda la península Itálica. Como tantos otros mártires, fue asesinado durante la espantosa persecución del Emperador Diocleciano, hacia el año 305.
Y la liturgia diaria, nos presenta al Evangelio de Jesucristo según San Lucas, capítulo 4, del verso 24 al 30. En el que se narra la entrada de JESÚS a la sinagoga de Nazaret, donde expresa unas Palabras que no son del agrado de sus interlocutores, ya que les recuerda dos acontecimientos que al ser comparado con sus actitudes los confronta de modo adverso, y por eso se molestan.
Esta escena, que se desarrolla en el pueblo donde JESÚS se había criado, tiene un valor programático, ya que anuncia un tema muy singular tanto en el Evangelio según San Lucas, como en el libro de los Hechos de los Apóstoles, el cual es: el universalismo del mensaje cristiano. Por eso Jesús les recuerda que los profetas de la Biblia no limitaron sus beneficios sólo a sus paisanos (ver 1 R 17,7 y 2 R 5). Lucas dice a continuación qué la gente de Nazaret rechazó a JESÚS, por su orgullo, y por creer que era un “don nadie”, ya que lo consideraban un vecino más, con poco crédito para realizar obras que se comentaban en los pueblos vecinos.
El Joven Maestro se permite recordarle episodios bíblicos a contrapelo de cuanto pretenden exigir sus paisanos, que quieren ver signos portentosos, como una especie de diversión. Él no se deja encerrar en los estrechos límites pueblerinos, sino que por el contrario los confronta y les trae un mensaje en el cual les hace ver lo extendido de Su Misión. La reacción de sus compatriotas es violenta, llegando a poner en peligro Su Vida. Pero no le ha llegado aún “Su Hora”, Su Misión apenas está comenzando, por eso puede abrirse paso entre la turba amenazante y proseguir Su camino esparciendo la Buena Noticia a toda la humanidad.
Al confrontarnos con el texto, vemos que a menudo también nosotros tenemos la tentación de querer encasillar las acciones de DIOS de acuerdo a nuestros pareceres y expectativas, y eso nos lleva a despreciar Su Gracia. Sin embargo, esta siempre nos llega de la manera más inesperada y por caminos inéditos, rompiendo con todos los protocolos y cálculos humanos. Porque DIOS siempre nos da lo que necesitamos y no lo que de manera codiciosa anhelamos.
También es muy frecuente que nos dejemos deslumbrar por los extraños, pero nos negamos ferozmente a que uno de nosotros se destaque y nos enseñe. Y por egoísmo también decimos ¿no es éste el hijo de fulana o fulano? Ya que no aceptamos que los beneficios de DIOS sean para los demás, por lo cual es necesario nuestra disposición personal para dejar que DIOS actué en nosotros y en nuestra comunidad para hacer realidad los Valores del Reino, y de esta manera podamos entender que todos somos hijos de DIOS, por lo que hemos recibidos y unos dones y carismas, que muchas veces no los desarrollamos por nuestros miedos o egoísmos o porque no nos dan oportunidad para hacerlo.
Y como JESÚS, tendremos que aprender a “abrirnos paso” para alejar nuestros egoísmos y nuestras indiferencias, y darle paso a la inclusión y al servicio. Ya que la Vida del Padre que JESÚS nos Anuncia, es para todos, los de cerca y los de lejos, los de izquierda y los de derecha. Porque DIOS quiere que todos seamos felices en esta vida transitoria y en la Vida Eterna. Y si no dejamos que El Espíritu Actúe en nuestros semejantes, reconociendo sus virtudes, entonces estaremos actuando con el exclusivismo Salvífico de los judíos, que JESÚS rechazó, por ser parte del Proyecto Inclusivo y Magnánimo de DIOS.
Señor JESÚS, líbranos de toda actitud egoísta que nos lleve a querer valernos de Tu mensaje solo en beneficio propio y de pretender encasillar en las cuatro paredes de nuestra comunidad, olvidándonos que Tú eres el Salvador de toda la humanidad. Amén.
Luis Perdomo
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