“En aquel tiempo, cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tornó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él. De camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?». Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea”.
Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana
La Iglesia universal celebra hoy la Fiesta, entre otros santos, en honor a San Vicente de Paúl, quien nació el 24 de abril de 1581 en la región de Landas, suroeste de Francia. En el año 1617 fundó la primera Confraternidad de la Caridad y la Congregación de la Misión, y en 1626 estableció una de sus comunidades en el College des Bons-Enfants de París. Falleció en París el 27 de septiembre de 1660. Fue canonizado en 1737 y nombrado patrón de las obras de caridad en 1885.
Y la liturgia del día nos presenta el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Lucas capítulo 9, del verso 51 al verso 56. En el que el Evangelista comienza la narración del camino de JESÚS de Galilea a Jerusalén. Y es que el Maestro toma la firme decisión de dirigirse al centro judaísmo, Jerusalén y el Templo, para desde allí hacer Su Anuncio liberador en confrontación directa con el sistema del poder religioso, político y económico que imperaba en Israel.
Durante el viaje, mientras se acercaban a una aldea de samaritanos, JESÚS envió mensajeros delante de Él para preparar su hospedaje. Sin embargo, los samaritanos, sabiendo que el grupo iba a Jerusalén, no los quisieron recibir. Entonces los discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿hacemos que caiga fuego del cielo para destruirlos?». JESÚS les reprendió fuertemente, y se fue a otro pueblo.
Es importante destacar que eran muchos los peregrinos judíos se dirigían a la fiesta de la Pascua en Jerusalén y los samaritanos, un pueblo considerado pagano, eran discriminados por ellos. La negativa de los samaritanos para recibir al grupo de JESÚS, es debido a esta discriminación que sufrían por parte del judaísmo. Y aun cuando JESÚS no tenía este tipo de actitudes discriminatorias, al ser judío, ellos lo consideraban un enemigo de su pueblo.
Y esa acción de los samaritanos, tiene una reacción en los seguidores de JESÚS, que le propone enviar fuego del cielo para destruir el pueblo de los Samaritanos, que, es una consecuencia de la concepción del DIOS en el Antiguo Testamento, que tiene un paralelismo con la historia del profeta Elías, que envía fuego del cielo para destruir a los que son diferentes del pueblo de Israel.
Al confrontarnos con el texto, vemos que el camino hacia Jerusalén es un itinerario necesario para la Salvación integral a la que todos estamos llamados, tanto los fieles seguidores de JESÚS, como también los samaritanos de hoy, que por no tener a alguien que les haga comprender Quien es JESÚS, lo rechazan. El texto también nos ayuda a comprender que el Camino hacia la Jerusalén Celestial, es un Camino de Amor y sacrificio, también de rechazo e incomprensiones.
Teniendo esta claridad es que podemos comprender el episodio del paso por Samaría, donde se contraponen dos posiciones antagónicas, por un lado, están los discípulos de JESÚS, que se creen “unos fieles guardadores de la Ley” y además protegidos del Maestro y por el otro lado están los samaritanos, a los que consideraban “paganos” porque se habían contaminado con otras culturas y religiones. En el centro está JESÚS, que no tiene ideas nacionalistas, ni exclusivistas. Tampoco es un fanático para imponer sus creencias o pedir la destrucción de quienes no aceptan Su Propuesta. Por eso reprende duramente a Santiago y Juan, por querer destruir a quienes no lo aceptan, por medio de la violencia.
Y es que la Propuesta del Evangelio de JESÚS, es un Camino que Transforma realidades e interpela a las personas que aceptan libremente Su Mensaje. Porque la Palabra de DIOS no se impone a la fuerza, Ella se debe de Proclamar y Testimoniar con la vida, y de esta manera el Mensaje, al igual que el Mensajero de DIOS, deben de seguir caminando Anunciando de pueblo en pueblo las “Buenas Nuevas del Reino”, que es Amor y Fraternidad. Por eso es que, en nuestro itinerario cristiano de cada día, hemos de estar muy atentos de no caer en la tentación de separar o satanizar a quienes no lo aceptan, porque JESÚS, que es nuestro Prototipo de Vida y con quien tenemos que hacer lo imposible para configurarnos, a lo largo de su vida terrena, fue testimonio del Amor Misericordioso, que es la Característica principal del Reino de DIOS.
Señor JESÚS, ayúdanos a entender que el Camino hacia la Jerusalén Celestial, es un Camino de Amor y sacrificio, también de rechazo e incomprensiones, y con esta claridad podamos tener la fuerza, para no caer en la tentación de separar o satanizar a quienes no aceptan Tu Proyecto de Vida. Amén.
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