“Después de que tomaron preso a Juan, Jesús fue a Galilea y empezó a proclamar la Buena Nueva de Dios. Decía: «El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Cambien sus caminos y crean en la Buena Nueva.» Mientras Jesús pasaba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme y yo los haré pescadores de hombres.» Y de inmediato dejaron sus redes y le siguieron. Un poco más allá Jesús vio a Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano Juan, que estaban en su barca arreglando las redes. Jesús también los llamó, y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los ayudantes, lo siguieron”.
Reflexión hecha por: Luis Perdomo. Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela
La Iglesia universal, celebra hoy la fiesta entre otros santos, en honor a San Julián, quien nació en la ciudad de Antioquía, en Siria, es el paradigma de la castidad cristiana. En nuestro tiempo de materialismo, cuando el concepto de la castidad va decayendo visiblemente, la imagen de San Julián y de su esposa Santa Basilisa resaltan con maravillosos fulgores. El martirio de este santo trajo consigo una conversión, ya que los verdugos le cortan la cabeza al santo, pero en ese momento el joven Celso, hijo del perseguidor Marciano, al ver con qué gran valentía y alegría ha ido a la muerte este amigo de Cristo, se declara él también seguidor de JESÚS y se hace cristiano. Esta conversión fue considerada como un verdadero milagro espiritual obtenido por el martirio de Julián.
Y la liturgia del día nos presenta el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Marco capítulo 1, verso 14 al verso 20, En el que se relata el inicio de la vida pública de JESÚS, que según el evangelista Marco se caracteriza por el ANUNCIO del Evangelio y EL LLAMADO a sus primeros cuatro seguidores, que eran pescadores y a quienes les promete hacerlos “pescadores de hombres”, es decir, asumir la Misión del Reino con la experiencia adquirida de su trabajo.
JESÚS, inicia su actividad en las ciudades y los caminos más multicolores y concurridos, de una manera muy semejante a como lo hizo Jonás, que se presenta como profeta en la gran ciudad. Atrás ha quedado el desierto de Judea, donde el profeta Juan hacía el llamado a sus seguidores a sumergirse en las aguas del Jordán. A partir de ahora JESÚS, sumergirá a sus seguidores en una Nueva Dimensión: EL REINO DE DIOS, que se hace presente por medio de todos los gestos salvadores que JESÚS realiza: nuevas enseñanzas, curaciones, exorcismos e inclusiones de pobres y marginados, a su grupo de seguidores.
Al confrontarnos con el texto, vemos con beneplácito la actitud generosa de los primeros discípulos que siguieron a JESÚS, sin estar haciendo muchas preguntas y sin estar sacando cuentas sobre las consecuencias de ese seguimiento. Solo les basta, la deslumbrante promesa que JESÚS, les hace: “Síganme y yo los haré pescadores de hombres” (Mc 1,17), expresión bien resaltante y enigmática, porque para los judíos el mar escondía las terribles potencias del mal. JESÚS, los invita pues a librar a los hombres de todos sus males, y ellos muy diligentemente lo aceptaron.
Digno de destacar, es que JESÚS, los invita a seguir ejerciendo su propio oficio. Es como si les dijera: “no se despeguen de sus oficios, ya que Yo, los reforzaré para que lo hagan más dignamente”. Sobre todo, les garantiza Su Presencia, ya que no estarán solos, sino que tendrán su compañía: “Vengan conmigo”, esa Presencia, sin lugar a dudas que fascinó a los cuatro pescadores. Y es que el Anuncio de JESÚS, invita a sus SEGUIDORES DE TODOS LOS TIEMPOS, a vivir la vida presente de una nueva manera, dejando atrás las tristezas y preocupaciones de cada día.
El texto también nos dice, que, el tiempo ha llegado a su término, pero no el tiempo climático con sus incontables vaivenes de cada día, ni tampoco el tiempo cronológico que el reloj impone cada día de nuestras vidas. El tiempo al que se refiere JESÚS, es el “Kairó”, que es el tiempo de maduración histórica, de procesos personales, sociales, naturales y cósmicos. Por eso es que, al iniciar este nuevo tiempo ordinario del año 2023, JESÚS, misionero de ciudades y caminos nos llama hoy a descubrir cómo podemos cambiar de mentalidad para aceptar, creer y testimoniar con hechos tangibles, sus Buenas Nuevas, que nos trasmiten: Gracia, Misericordia, Solidaridad y Perdón.
Señor JESÚS, ayúdanos a entusiasmarnos con lo que nos prometes, más que a sobrecargarnos por lo que nos exige Tu invitación. Y entender que Contigo a nuestro lado hallaremos el tiempo perfecto para asumir la Misión de cambiar y de transformar los entornos que nos rodean.
Amén
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