En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos Iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que le seguían tenían miedo.

Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará.»

Se acercan a él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos.» Él les dijo: «¿Qué queréis que os conceda?» Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís.

¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?» Ellos le dijeron: «Sí, podemos.» Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con el que yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado.

Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan.

Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder.

Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.

Reflexión del Evangelio

La Iglesia universal celebra hoy, la fiesta entre otros santos, en honor a San Pablo VI, su nombre secular era Giovanni Battista Enrico Antonio María Montini, Nació en Concesio, cerca de Brescia, Lombardía, el 26 de septiembre de 1897 y murió en Castel Gandolfo, el 6 de agosto de 1978, fue el papa 262º de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 21 de junio de 1963 hasta su muerte el 6 de agosto de 1978.

Sucediendo a Juan XXIII, decidió continuar con el Concilio Vaticano II, gran obra del pontífice anterior. Asimismo, fomentó las relaciones ecuménicas con las iglesias ortodoxas, anglicanas y protestantes, dando lugar a muchas reuniones y acuerdos históricos.

Fue beatificado el 19 de octubre del 214 y canonizado el 14 de octubre de 2018, por el Papa Francisco.

Llamado a los 12

La liturgia del día medita los textos: 1Pe 1,18-25; Sal 147; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Marcos, capítulo 10, del verso 32 al verso 45.

En el que JESÚS se adelanta al grupo de discípulos y llama a aparte al grupo de los doce, es decir, a sus más íntimos, a los que les Anuncia por tercera vez, la tortura y la muerte que tendría que sufrir en Jerusalén y que Su Muerte es la consecuencia del compromiso asumido junto a los excluidos de su tiempo, Mandato dado por el Padre y que Él lo cumple a cabalidad.

Es importante destacar que los discípulos están asustados y muchos lo acompañan con recelo, porque todavía no entiende la Misión Salvífica de JESÚS.

Por eso surgen las ambiciones personales, como las de Juan y Santiago, que se imaginan que la marcha de JESÚS a Jerusalén, para instaurar un reino terrenal y por eso pide los máximos puestos de honor, uno a su derecha y otro a su izquierda.

Reacción firme

JESÚS reacciona con firmeza y les pregunta si serán capaces «de beber el cáliz que Él va a beber y recibir el Bautismo que Él va a recibir» (Mc 10,38), es decir, todo el sufrimiento y Su Muerte en la Cruz.

La respuesta de ellos es superficial, ya que a pocos días lo abandonarán y lo dejarán solo en el momento crucial de Su Muerte. En ese instante ellos no entendían que JESÚS, Servidor Sufriente y que Él se Encarnó en el mundo «para servir y no para ser servido, y para dar Su Vida por muchos» (Mc 10,45).

Al confrontarnos con el texto, y ponernos en el lugar de Juan y Santiago, ya que muchas veces andamos pidiéndoles al Señor, soluciones mágicas a nuestros problemas o pidiendo cargos de poder para sentirnos importantes, ganando reconocimientos o sometiendo a nuestros semejantes.

Sin tener en cuenta que no es propio de un discípulo de JESÚS el andar buscando puestos de poder, ni glorias terrenales.

Auténtico cristiano

Porque un auténtico cristiano, es un servidor que debe tomar distancia de las prácticas de poder propias de «los gobernantes que dominan las naciones como si fueran sus dueños».

Por lo que tenemos que saber que la clave del servicio es la mejor manera de ganarnos un puesto junto a JESÚS, y que el camino a la Cruz es también el camino del discípulo, que, al Configurarse con Él, comienza a Amar intensamente donde no hay cálculos ni reservas para entregar toda la vida en favor de sus semejantes.

Señor JESÚS, Ayúdanos a entender que nuestro lugar junto a Ti no es para tener poder como «los gobernantes que dominan las naciones, como si fueran sus dueños», sino para servir a nuestros semejantes, tal como Tú lo haces.

Amén.

Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

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