En aquel tiempo, como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le preguntaron a Jesús: «Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?».
Jesús les contesta: «¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Mientras el esposo está con ellos, no pueden ayunar. Llegarán días en que le arrebataran al esposo, y entonces ayunarán en aquel día.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos.
Reflexión de Evangelio
La Iglesia universal celebra hoy la fiesta entre otros santos, en honor al Beato Arnoldo Jansen, quien nació en Alemania en 1837 y murió en 1909. Fundó los misioneros del Verbo Divino y las Misioneras Siervas del Espíritu Santo de la Adoración. Una frase de él es: «fuertes y valientes deben ser los soldados que luchan por la causa de Dios».
En la liturgia diaria meditamos los textos de: 1Sam 15,16-23 ; Sal: 49; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Marcos capítulo 2, del verso 18 al 22. En el que se narra la enseñanza de JESÚS, ante una pregunta que se le ha formulado, en cuanto al ayuno, ya que sus discípulos no lo hacían, tal como era y es la tradición judía. Por eso se resalta el hecho de que, de los discípulos de Juan y de los fariseos si guardan ese precepto, mientras que los discípulos de JESÚS no lo hacían.
Enseñanza del maestro
El Maestro en Su respuesta no anula la práctica del ayuno, pero sí la relativiza, ya que, por encima de la práctica de la piedad, está la práctica del Amor y la defensa de la vida. Porque cuando se Ama al estilo de JESÚS, el sacrificio por el otro, la donación gratuita y generosa sustituye toda práctica que se queda en lo externo y lo ritual.
Por eso, da esa enseñanza tan puntual: «cuando se está en compañía del Novio, no hay que estar haciendo penitencias inútiles. Cuando la razón de la alegría ya no está presente, entonces sí que habrá que ayunar» (Mc 2,19-20).
Es que JESÚS fue un judío amante de sus tradiciones y costumbres, pero profundamente innovador, ya que le dio, el sentido verdadero a muchas prácticas religiosas de su tiempo y marcó el camino para distinguir entre lo viejo y lo nuevo.
Porque las prácticas y costumbres religiosas tienen valor y sentido cuando nacen de un corazón renovado por la escucha de la Palabra de DIOS; porque, un corazón que está abierto a DIOS sabe dar sentido a los ritos, preceptos y ceremonias, de lo contrario se convierten en rutinarios y vacíos, y no sirven de nada.
Revisar prácticas
Al confrontarnos con el texto, tenemos necesariamente que revisar nuestras prácticas penitenciales con esta gran enseñanza que hoy nos da nuestro Maestro, ya que, si el compromiso por la Justicia y la Paz no se convierte para nosotros en una norma de vida, todas las prácticas devocionales pierden validez.
Y es que, estas serán válidas en la medida en que se afiancen en el compromiso por lograr la mejoría de vida de nuestros semejantes.
Porque «el vino nuevo en odres nuevos»: Amor, la Justicia, la Fraternidad, la Solidaridad, la Honestidad, y la Sinceridad, que JESÚS Predicó y Vivió no puede estar en los odres viejos del egoísmo, la mentira, la injusticia, la hipocresía, la desconfianza, la insolidaridad y el individualismo.
Porque el Vino Nuevo pide un cambio de mente y corazón, de actitudes y forma de vivir; y un deseo de querer hacer las cosas de otra manera, sin aferrarse a viejos esquemas y tradiciones individualistas.
Recordemos que JESÚS comenzó su predicación invitando a cada uno a la CONVERSIÓN, y lo sigue haciendo de manera constante y permanentemente. Por eso es que hoy nos pide que, frente a los problemas que nos hacen asumir posturas de derrotas y de tristeza, el Maestro nos pide que asumamos la alegría de sentirnos Amados por Él y que, con Su Compañía, más temprano que tarde, vamos a salir Victoriosos de esta situación que se ha cernido sobre nosotros.
Señor JESÚS, aleja de nosotros las penitencias inútiles y abre nuestros corazones para que seamos los odres nuevos que den acogida al amor, a la fraternidad, a la justicia, y a la solidaridad y de esta manera tengamos una alegría permanente al estar haciendo Tu Voluntad.
Amén.
Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana
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