En aquel tiempo, Jesús llegó a casa con sus discípulos y de nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí. Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios». Él los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas: «¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre». Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo. Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dice: «Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan». Él les pregunta: «Quiénes son mi madre y mis hermanos?». Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».
Reflexión del Evangelio
En este Décimo Domingo del Tiempo Ordinario la Iglesia Universal celebra, la fiesta, entre otros santos en honor a San Efrén. Diácono y Doctor de la Iglesia. Los antiguos lo llamaban «Arpa del Espíritu Santo». Tenía especialísima cualidad para escribir poesías, y San Basilio dice que era tal la estimación que los antiguos tenían por sus escritos, que después de las lecturas de la Sagrada Escritura, en varias iglesias se leía alguna página escrita por este santo.
Nació en Nisibe, Mesopotamia (Irak) en el año 306. Su muerte sucedió probablemente en junio del año 373.
La liturgia medita los textos: Gen 3,9-15: Sal 129; 2Cor 4,13-5,1; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Marcos capítulo 3, del verso 20 al verso 35.
En el que se destacan tres acciones, la vuelta a casa de JESÚS, el enfrentamiento con los letrados y fariseos, y, la reacción de sus familiares por el trabajo intenso de Su Misión que estaba en pleno desarrollo.
Acciones que nos permiten entender que la Misión de JESÚS, suscitó distintas reacciones entre los interlocutores de su tiempo, ya que desata el asombro de los creyentes sencillos, pero genera la oposición de escribas y fariseo y de sus propios familiares, por distintas razones e intereses.
Los familiares de JESÚS lo van a buscar con la intención de llevárselo a casa y disuadirlo para que deje de hacer lo que a su modo de ver no eran cosas de la rutina de su vida, alegando que no estaba en sus cabales, quizás por miedo a la reacción de las autoridades, que iban a atentar contra JESÚS, y seguramente ellos también iban a ser víctimas de esta persecución.
Y los escribas y fariseos, buscan a toda costa cuestionar Su Obra y Su Praxis Sanadora, argumentando que sus acciones milagrosas, curaciones, y expulsiones de espíritus inmundos, las realizaba por el poder de los jefes de los demonios, a quien identifican con el nombre de Belzebú o satanás.
JESÚS, por su parte, utilizando el lenguaje parabólico, típico de Su Predicación, les dice a sus adversarios que nadie puede luchar contra sí mismo, ya que el demonio no puede autodestruirse, y luego les da, la sentencia contundente: «negarse a aceptar la acción del Espíritu Santo, que actúa a favor de los pobres y marginados, es el mayor pecado que pueda cometerse y para el cual no habrá perdón» (Mc 3,29).
Y a quienes llevan el mensaje de su familia les dice que: «su verdadera familia no es la parentela según la carne, sino las personas que escuchan Su Mensaje y cumplen la Voluntad de DIOS» (Mc 3,35).
Descalificación de las acciones
Al confrontarnos con el texto, podemos ver que, en nuestro tiempo, y en cada una de nuestras comunidades, también está presente la descalificación de las acciones de todos aquellos que deciden valientemente tomar las banderas de las defensas de los excluidos, de la libertad y de la democracia.
Es que colocarse al lado de la Verdad y de la Justicia, no es una tarea fácil, ya que solo la podemos asumir si nos Configuramos con Cristo para saber que con Él se ha inaugurado un tiempo de Unidad y de Solidaridad, frente a un mundo dividido por el egoísmo y la exclusión.
Por lo que tenemos que tener siempre presente lo que JESÚS nos dice hoy, que la Familia cristiana se constituye no por los lazos consanguíneos, sino por la filiación que se recibe de DIOS y por la fraternidad que nace de la adhesión a Su Proyecto Salvífico.
Por eso es que todos los que nos llamamos Sus seguidores tenemos que vivir conforme a las exigencias del Reino, que está enmarcada en las vivencias de las Bienaventuranzas que Él nos enseñó, para dar muestra fehaciente de que somos Testigos de Sus Buenas Nuevas.
Señor JESÚS, Ayúdanos a configurarnos Contigo, para «enloquecernos de Amor» y con la Fuerza de Tu Espíritu ir a Anunciar con palabras y hechos, Tu Plan de Vida y Salvación a todos nuestros semejantes, y de esta manera ser parte de Tu Familia.
Amén.
Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana
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