En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará».

Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».

Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

Reflexión del Evangelio

En este Vigésimo Quinto Domingo del Tiempo Ordinario la Iglesia Universal celebra la fiesta entre otros santos, en honor a San Mauricio, que fue jefe de la legión Tebana, un cuerpo de soldados especializados, que estaban acantonados en Egipto, y allí sufren el martirio, junto a todos los soldados.

El año de su muerte puede situarse entre los años 280 al 300. San Mauricio venerado especialmente entre los militares por su valentía e integridad.

La liturgia medita los textos: Sb 2,12.17-20: Sal 53; St 3,16-4,3; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Marcos capítulo 9, del verso 30 al verso 37. en el que JESÚS, se presenta como el Mesías-redentor, que terminará en una cruz.

Esta verdad del mesianismo de JESÚS, será para los Apóstoles una verdadera desilusión, y no es comprendido por ellos, puesto que para ellos el Mesías prometido tenía que ser un guerrero que los liberara del imperio romano, y no Mesías servidor de los hombres y liberador del yugo del pecado.

Por eso es que el Mesianismo de JESÚS, Glorificado en la Cruz donde vence a la muerte, y al dominio del mal sobre la humanidad, ha sido para la Iglesia de todos los tiempos una de las realidades más complejas de aceptar.

Tentaciones frecuentes

De allí se deriva, una de las tentaciones más frecuente que es la de quitarle a JESÚS, la Cruz, ya que muchos han pretendido borrar de la historia de la salvación, el momento de Su muerte en la Cruz, sin saber que no puede haber la Gloria de la Resurrección sin haber experimentado la Pasión y la Muerte.

Para aceptar ese Sacrificio de Amor, tenemos necesariamente que anonadarnos para entrar en sintonía con los Designios de DIOS, por eso es que JESÚS le da esa lección tan pertinente a Sus Apóstoles al llamar a un niño y ponerlo en el centro del grupo.

Ya que un niño, es pequeñez, debilidad, inocencia, ausencia de malicia, símbolo de exclusión en la sociedad judía de aquel tiempo. Esa lección del Maestro es extensiva a sus seguidores de todos los tiempos, a hacerse como niños, porque hay que despojarse de todos los prejuicios y de conceptos preconcebidos sobre DIOS y sobre la Misión del Mesías, para comprender su lógica Mesiánica y no la de un mesías creado a la medida de nuestros conceptos e intereses y de nuestras comodidades.

Desatino de seguidores de Jesús

Al confrontarnos con el texto y ver el desatino de los seguidores de JESÚS, que constantemente estamos pendientes de recibir honores y de dárnosla de importantes. Y es que, las actitudes de prepotencia, de revanchismo y de rivalidad, de los que nos llamamos cristianos, lamentablemente, se contraponen a las enseñanzas del Maestro, sobre el Servicio.

Por eso el Maestro nos hace una pregunta: ¿Qué es más relevante: servir o mandar? Y Él mismo nos da la respuesta al invitar al que quiere ser el primero, a que se haga el servidor de los otros.

Porque el seguimiento de JESÚS, exige un despojo del deseo de imponerse con soberbia, sobre los demás. Ya que, el verdadero cristiano es el que imita la Humildad y la Mansedumbre de JESÚS y actúa siempre con Misericordia delante de todos los hermanos.

Por eso hoy es el día para preguntarnos: ¿Cómo es nuestra actitud con nuestros semejantes, en cada uno de los espacios en los que nos desenvolvemos diariamente? ¿Qué acciones estamos realizando para demostrar que la persona más importante de nuestra vida es cada uno de nuestro semejante, por muy desconocido que sea?

Señor JESÚS, te damos gracias por hacernos partícipes de Tu Misión, y te pedimos que nos ayudes a vivir coherentemente con Tu Proyecto de Amor y Servicio, dando Testimonio de Tu Palabra en los distintos espacios donde interactuamos.

Amén.

Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

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