Evangelio del Día. Mateo 10,24-33

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En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: El discípulo no está por encima de su maestro, ni el sirviente por encima de su patrón. Ya es mucho si el discípulo llega a ser como su maestro y el sirviente como su patrón. Si al dueño de casa lo han llamado demonio, ¡qué no dirán de los demás de la familia!  Pero no les tengan miedo. Nada hay oculto que no llegue a ser descubierto, ni nada secreto que no llegue a saberse. Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo ustedes a la luz, y lo que les digo en privado, proclámenlo desde las azoteas.

No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. ¿Acaso un par de pajaritos no se venden por unos centavos? Pero ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro Padre. En cuanto a ustedes, hasta sus cabellos están todos contados. ¿No valen ustedes más que muchos pajaritos? Por lo tanto, no tengan miedo. 

Al que se ponga de mi parte ante los hombres, yo me pondré de su parte ante mi Padre de los Cielos. Y al que me niegue ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los Cielos”.

  Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

 La Iglesia universal, celebra hoy, la fiesta entre otros santos en honor a San Cristóbal. Su nombre griego, «el portador de Cristo», es enigmático, y se empareja con una de las leyendas más bellas y significativas de toda la tradición cristiana. Cristóbal sirvió primero a un rey, aparente señor de la tierra, a quién Cristóbal vio temblando un día cuando le mencionaron al demonio. Cristóbal entonces decidió ponerse al servicio del diablo, y buscó a un brujo que se lo presentara. Pero en el camino el brujo pasó junto a una Cruz, y temblando la evitó. Cristóbal le preguntó entonces si él le  temía a las cruces, contestándole el brujo que no, que le temía a quién había muerto en la Cruz, a Jesucristo. Entonces Cristóbal, se fue en búsqueda de JESUCRISTO y lo encontró en la figura de un niño.

 Y la liturgia diaria, nos presenta al Evangelio de Nuestro JESUCRISTO según San Mateo, capítulo 10, verso 24 al verso 33. en el que JESÚS exhorta a sus discípulos de todos los tiempos a no tenerle miedo a los desafíos que presenta este mundo terrenal. Por lo que es necesario estar prevenidos y Confiados en la Palabra del Maestro. Ya que el Camino que deben de recorrer no es un sendero lleno de flores. Y es que, para llegar a ser unos auténticos discípulos de JESÚS, es necesario vivir su propio Calvario, tal como lo vivió el Propio Maestro.

  Por eso es que la instrucción de JESÚS es bien clara y nos previene acerca de tres cuestiones: 1) Quién quiera ser misionero del Reino ha de estar dispuesto a declarar con su palabra y con su vida el Mensaje del Evangelio. 2) No debe de tener miedo a ningún obstáculo que se le presente, arriesgando incluso su propia vida. 3) Ha de ser consciente de que el mismo Cristo, en el momento definitivo que dejemos esta vida transitoria para ir a la Vida Eterna, Él asumirá el Rol de Defensor o Acusador nuestro, delante del PADRE Celestial, de acuerdo a nuestra decisión de negarlo o de manifestar nuestro apoyo a Su Mandamiento de AMOR.

 Importante es destacar que, en la Sagrada Escritura, se repite 365 veces, la frase “no temas” con alguna variante, de las cuales 75 están en el Nuevo Testamento. De ellas, voy a compartirles dos, que nos ayudarán mucho a ampliar las Palabras de JESÚS: “¡Sean fuertes y valientes! No tengan miedo ni tiemblen ante ellos. Porque el Señor, tu Dios, te acompaña, y Él no te abandonará ni te dejará desamparado” (Dt 31,6). Y “No temas por lo que tendrás que padecer: mira que el demonio va a arrojar en la cárcel a algunos de ustedes para que sean puestos a prueba, y tendrán que sufrir durante diez días. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida” (Ap. 2,10).

 Al confrontarnos con el texto, y sentirnos interpelados con la exhortación de JESÚS, que nos invita a “no tener miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el espíritu”. Mandato bien difícil de asumir, ya que estamos en cuarentena precisamente porque le tenemos miedo al virus, y a las decisiones gubernamentales. Y también nos angustia la falta de alimento o de medicina. Por lo que puede decirse que todos nuestros miedos y angustias, se pueden resumir en uno solo: el miedo a la muerte, acontecimiento que todos tendremos que enfrentar en algún momento, por mucho que no nos guste hablar de ello.

 Por eso es que, JESÚS nos invita a situarnos en una perspectiva diferente: “Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo ustedes a la luz, y lo que les digo en privado, proclámenlo desde las azoteas” Para poder entender que la muerte es el paso necesario para encontrarse con DIOS, nuestro PADRE. Por lo que hay que vivir sirviendo, y ayudando a otros a vivir la vida dando Gracias a DIOS por todo y de esa manera se disminuirá la envidia, los rencores, las ambiciones, los egoísmos y crecerá la solidaridad, el respeto, la justicia y la paz, en medio de nuestra sociedad.

Señor JESÚS, Te doy gracias porque a pesar de mis dudas y mis negaciones, conoces mis debilidades y defectos, como conoces a todas las ovejas que escuchan Tu voz, me perdonas y me haces volver a Ti y das Testimonio de mí, ante El PADRE y ante mis hermanos. Amén.

Luis Perdomo

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