Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto.

Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la cxiòn riatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.

Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»

¡Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor!

Reflexión del Día

La Iglesia universal celebra hoy la solemnidad de San José, esposo de María, quien tuvo un papel esencial en la Historia de la Salvación. Dios le encomendó la gran responsabilidad y privilegio de ser el padre adoptivo del Niño Jesús y de ser esposo virginal de la Virgen María.

San José, el Santo Custodio de la Sagrada Familia, es el santo que más cerca está de JESÚS, y de la Santísima Virgen María, por lo que puede interceder grandemente por la humanidad.

Felicitaciones a los José y a las Josefinas, y a la feligresía de la Parroquia San José Obrero del Pao.

Liturgia del Día

la liturgia del día nos presenta los textos: 2Sm 7,4-5.12-14.16; Sal 88; Rom 4,13.16-18.22 y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Mateo, capítulo 1 del verso 16 al verso 24.

En el que se relata de manera bien precisa la actuación de Dios, para hacer realidad la promesa hecha a Abraham y más tarde a David, y darle a la humanidad un interlocutor válido, que le abriera las puertas del Reino de DIOS, hecho realidad a través de la Ley del Amor y la fraternidad, que no es solo promesa para un futuro indeterminado, más allá de la muerte, sino que está ya presente y operando en este mundo terrenal, gracias a la Presencia Encarnada del Hijo de DIOS, JESÚS de Nazaret en cada uno de nuestros corazones.

Acontecimiento que se hizo realidad Gracias a la Convocación por parte de DIOS, de dos personas de origen muy humilde, prestos a responder y colaborar de manera decidida en esta Misión, ellos son María y José.

Uno de ellos, es el protagonista del relato de hoy, José, el padre adoptivo de JESÚS, cuya actitud de silencio, es resaltada en los escritos donde aparece, y aunque pareciera no entender los Designios de DIOS, se compromete y coopera con Su Plan Salvífico.

¿Sentido o razón?

Muchos se preguntarán por el sentido o la razón de la aparición de José en la historia de la Salvación y al revisar el Antiguo Testamento, podemos ver que, en él se cumple, según la Ley, aquella antigua promesa.

No es un rey, ni un príncipe, ni siquiera un noble, es un obrero anónimo, pero al que la Providencia Salvífica de DIOS ha situado en el centro de la historia. Es él, el depositario legal de aquellas promesas ya remotas y casi olvidadas, el renuevo del tronco de Jesé (cf. Is 11,1), el fruto inesperado de un árbol que parecía seco y sin vida.

Y es él, en consecuencia, el que transmite, según la Ley, la sucesión davídica al verdadero David, el hijo de la Virgen, el verdadero Rey, Profeta y Sacerdote de la Nueva Alianza, CRISTO-JESÚS.

Es eso lo más Grande e inexplicable de Nuestro DIOS, que actúa contrariando la lógica humana. Por eso es que, en José vemos con claridad una verdad de extraordinaria importancia para nuestra Fe y para la vida de cada uno.

Ya que los grandes acontecimientos de la historia, que son orientados por DIOS, esos que conmueven sus cimientos y hacen que varíen su rumbo, suceden gracias a la colaboración de personas humildes y anónimas que han hecho posible la realización de un Hecho o unas acciones que cambian el curso de la historia de la humanidad.

Fe absoluta

Al confrontarnos con el texto, y recordar estos acontecimientos en la forma como nos los narran los Evangelios, nos ayudan a darnos cuenta de que debemos tener una Fe absoluta en los Designios de DIOS. Sin renunciar a tener una Fe crítica y madura, pero tampoco llegar al extremo de confundir «madurez de Fe» con la necesidad de pruebas para poder creer.

Ya que, un signo de madurez de Fe es la aceptación humilde y sencilla de que DIOS actúa en nuestra historia de una manera imperceptible, y que a cada instante nos está invitando a que participemos de una manera menos complicada en el Proyecto Salvífico de la humanidad, dejándonos guiar por Él y asumiendo la tarea que nos corresponde hacer.

De allí que hoy, sea el día, para seguir el ejemplo de José, que calla y medita, no quiere ser protagonista, No quiere «robar cámara», ni salir en la foto. No quiere que lo entrevisten para decir: «yo estuve allí».

Simplemente, guarda silencio y contempla y es esa la actitud a la que estamos invitados a seguir en este tiempo de Cuaresma que estamos viviendo, bien propicio para VIVIR el silencio y dejar que nuestro corazón se llene del Amor de DIOS, para entender Sus Designios y para ver que hemos dejado de hacer, y que debemos fortalecer, para seguir asumiendo, la tarea que tenemos como seguidores de JESÚS.

Señor JESÚS, enséñanos a ser justo como José, a estar abiertos a la escucha de Tu Palabra, de trabajar con fidelidad y diligencia, de tomar decisiones y asumir riesgos, para que en la historia sucedan acontecimientos positivos y salvíficos, en vez de las catástrofes y guerras que afligen a la humanidad.

Amén.

Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

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