Berlín, Alemania. El exinternacional alemán Lothar Matthäus cumple mañana 60 años con su nombre en la baraja de candidatos para suceder como seleccionador a Joachim Löw, lo que representaría su regreso a los banquillos después de diversas experiencias en diversas partes del mundo, pero no en Alemania.
«Si la federación me busca tendría que oír la propuesta. Otra cosa es si al final estaría dispuesto. Ahora tengo una vida hermosa con mucho tiempo para mí mismo», dijo en una entrevista reciente con la revista «Sport Bild».
Antes había dicho al canal Sky que si en la Federación Alemana de Fútbol (DFB) todo el mundo cree que el es el sucesor correcto tendría que considerarlo.
«No necesito el cargo, no lo busco. Pero me gusta ayudar», dijo.
Su máximo éxito como jugador fue la conquista del campeonato del mundo en 1990 en Italia, como capitán de la selección alemana.
Matthäus jugó en total cinco mundiales. Uno como volante defensivo, uno como volante mixto, otro como volante de creación y dos como libero. Alemania estuvo con él tres veces en la final.
También fue parte del equipo alemán que ganó la Eurocopa en 1980. La Eurocopa de 1996, que también ganó Alemania, se la perdió pues había salido de la selección tras el Mundial de EEUU, en medio de diferencias con el entonces seleccionador Berti Vogts y el nuevo capitán Jürgen Klinsmann, con quien siempre tuvo una relación tensa.
No obstante, Vogts lo recuperó después para Francia 98, que sería el último mundial de Matthäus.
A nivel de clubes empezó en el Borussia Mönchengladbach y luego estuvo en el Bayern, en dos etapas, y el Inter de Milán para luego, ya cerca de los cuarenta años, terminar su carrera en el Metro Stars de Nueva York.
La Liga de Campeones no pudo ganarla. Estuvo cerca, con el Bayern en 1999, en la legendaria final de Barcelona en la que el que Bayern perdió por 2-1 ante el Manchester United que hizo los dos goles en el descuento.
Otra final perdida que forma parte de la historia de Matthäus es la final de la Copa de Alemania de 1984, que perdió con el Gladbach ante el Bayern por quien había fichado para la siguiente temporada.
Matthäus falló un penalti en la tanda definitiva y eso es algo que hasta ahora lo persigue. El dice que si pudiera escoger darle la vuelta a uno de los dos resultados, por absurdo que sea, prefería el de la Copa en el 84.
El penalti fallado fue algo que tuvo en su cabeza en la final de Italia 90 cuando, además, estaba unas botas en las que no se sentía cómodo. Por eso, cuando llegó el penalti que a la larga decidió el partido contra Argentina, no asumió el lanzamiento, sino que le entregó el balón a Andy Brehme.
En todo caso, su nombre siempre se menciona cuando se habla de los mejores jugadores alemanes de todos los tiempos y en algunas votaciones ha terminado incluso estando por encima de Franz Beckenbauer.
Como entrenador su carrera fue o ha sido más discreta, pero Matthäus se siente satisfecho con lo que ha hecho.
«Se dice que no he tenido como entrenador los éxitos que tuve como jugador. Pero vuelvo con gusto a todos los lugares en que he trabajado porque ni he hecho un mal trabajo ni he fracasado», dijo en la entrevista con Sport Bild.
Lo único que lamenta de su carrera como entrenador es haber dejado el Paranaense en Brasil tras pocos meses por razones personales.
Actualmente Matthäus trabaja como comentarista de Sky, comenta todos los fines de semana los partidos de la Bundesliga y entre semana algunos partidos de la Liga de Campeones.
EFE noticias
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