Medellín.- Con la fabricación de 46.300 tapabocas empresas de confección de seis municipios del noroeste colombiano reanudaron labores para superar la crisis económica, salvar empleos y aportar en la lucha contra la COVID-19 con la donación de estos elementos de protección.

La iniciativa empezó en el Bajo Cauca como parte de «Tapabocas por la Vida», una estrategia que busca salvaguardar la salud y reactivar económicamente al sector de las confecciones en esa región golpeada por la violencia y la ilegalidad.

Tras enfrentar un periodo de cierre por la pandemia, empresarios de Caucasia, Tarazá, El Bagre, Cáceres, Nechí y Zaragoza encendieron de nuevo sus máquinas para unirse a este proyecto impulsado por la «Alianza Avancemos Bajo Cauca» en articulación con el Fondo Abrazando con Amor, Texmaquila y la Gobernación de Antioquia.

La gerente de la alianza, Diana Arismendy, explicó a Efe que la estrategia inicialmente estaba enfocada en proteger a la población del virus con la entrega gratuita de tapabocas, pero se convirtió en «una oportunidad para reactivar» al sector de la confección del Bajo Cauca.

«Es una estrategia en doble sentido», acotó Arismendy, y destacó que con su puesta en marcha han logrado mantener unos 95 empleos en seis empresas.

Los participantes transformaron la vocación productiva de sus empresas, además se capacitaron en protocolos de bioseguridad y certificaron sus procesos de trabajo y productos ante el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).

La Alianza Bajo Cauca, que atendió el llamado de la Gobernación de Antioquia para implementar en esa región la iniciativa, está conformada por la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid), Mineros S.A. y Fundación Mineros, Comfama e Interactuar.

Arismendy señaló que empezar a producir estos elementos de protección permitió «romper paradigmas» y mostrar que en regiones como el Bajo Cauca «existen empresarios que llevan años fortaleciéndose y que pueden dar respuesta», incluso en situaciones complejas.

Esta iniciativa sanitaria y de fortalecimiento empresarial, financiada por el sector privado y público, cuenta con una inversión de 152 millones de pesos (41.000 dólares de hoy).

VISIBILIZAR EMPRESAS

Unos meses de desconcierto y preocupación vivió Adriana Patricia Sierra cuando envió a sus 15 trabajadores a casa y paró la operación de una empresa de 25 años por las restricciones impuestas en Colombia para contener la propagación del coronavirus.

Exploró en otros frentes para intentar salvar a Enemar Confecciones, una compañía reconocida en Caucasia por fabricar uniformes para escuelas y dotación para empresas.

«Fue muy complicado sostenerse», dijo a Efe la emprendedora, que enfrenta la crisis con la oportunidad de fabricar 7.600 tapabocas para tomar un «nuevo impulso» y aliviar las finanzas.

Para ella, este proyecto representa una «ventana grande» para su empresa y la población de Caucasia, que ha sido «tan golpeada por diferentes situaciones», pues considera que ganar visibilidad y capacitarse conducirá a tener como clientes a grandes empresas.

«Nosotros estábamos como escondidos, pero ahora nos vamos a dar a conocer», manifestó Sierra, y destacó que aprendió a fabricar tapabocas certificados, a cotizar, sacar costos, presentar propuestas de trabajo y dar un valor agregado a sus productos.

MAYOR IMPACTO

La directora de Internacionalización de la Gobernación de Antioquia, Daniela Trejo, detalló a Efe que la estrategia «Tapabocas por la Vida» es mucho más ambiciosa al fijarse como meta entregar cuatro millones de tapabocas para «impactar al 100 % de la población» del departamento.

«Cuando se declara obligatorio el uso del tapabocas nos dimos cuenta que teníamos que escalar y llegar a todas las subregiones», contó la funcionaria, quien indicó que el propósito es dotar con tapabocas reutilizables a toda la población económicamente activa.

Con la consigna de «salvaguardar la vida y la salud de todos los antioqueños», inició un proceso de articulación con el clúster textil, confección y moda para trabajar con empresas que fabricaban vestuario, pero que hicieron una «reconversión productiva» y empezaron a producir insumos médicos por la contingencia.

Con ellos empezaron un proceso «desde cero» para aprender cómo era la producción y la fabricación de estos elementos de protección bajo los lineamientos exigidos por el Ministerio de Salud.

APUESTA POR LO LOCAL

Trejo señaló que vieron «relevante» hacer toda la confección y fabricación de estos tapabocas localmente para impulsar la economía del departamento.

«Hemos distribuido más 800 mil tapabocas, y el 100 % se ha confeccionado en Antioquia. Impactamos alrededor de 2.500 empleos directos e indirectos y reactivado más de 250 empresas y talleres de confección», aseguró.

La funcionaria apuntó que los emprendedores quedarán certificados para que sigan «siendo los proveedores de la zona y que las grandes empresas que tengan que hacer compras para la protección de sus trabajadores lo hagan localmente».

Para Marcela Marín, coordinadora del Fondo Abrazando con Amor, creado por la Alcaldía de Medellín y la Fundación EPM para proteger la vida durante la emergencia por la COVID-19, ha sido «muy pertinente» realizar intervenciones como la del Bajo Cauca para «generar empleo y darle un valor agregado a los tapabocas» a través de una sinergia institucional.

EFE

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