Ciudad de Panamá.-La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzó una herramienta para evaluar los daños y pérdidas por desastres en la agricultura en América Latina y el Caribe, que ha sido adoptada ya por Argentina, Colombia, Chile y Uruguay.

«Los desastres resultan en daños y pérdidas de producción, con un impacto económico directo para los productores, que se traduce a lo largo de toda la cadena de valor afectando el crecimiento general del sector y de las economías nacionales», dijo la oficial de Riesgos y Desastres de la FAO para América Latina y El Caribe, Anna Ricoy.

Esta situación, de acuerdo con Ricoy, «se ha agravado aún más por la pandemia» de la covid, que ha golpeado severamente a la región.

La «metodología» administra datos e información para evaluar el impacto por «daños y pérdidas económicas de los desastres en cultivos, ganadería, pesca, acuicultura y silvicultura», para catástrofes de «pequeña, mediana y gran escala» en la región, señaló un comunicado de la FAO.

La agencia de la ONU destacó que en concreto, esta herramienta recopila, sistematiza, analiza y reporta datos para la posterior toma de decisiones con el fin de «entender la vulnerabilidad de las personas que dependen del sector agropecuario, y para contar con políticas capaces de reducir dicho impacto y garantizar la seguridad alimentaria».

Consideró en ese sentido que dicho sistema de evaluación de daños y pérdidas generaría un «respaldo de instrumentos financieros», como asignaciones presupuestarias, fondos o seguros, que facilitarían una mayor inversión en la agricultura y los sistemas alimentarios más sostenibles resilientes e inclusivos.

La FAO estima que entre el 2008 y 2018 la agricultura y sus subsectores sufrieron el 26 % del impacto causado por desastres de mediana y gran escala a nivel mundial, y que en América Latina y el Caribe dejaron pérdidas por 29.000 millones de dólares.

El organismo de la ONU sostuvo que dichas cifras están «lejos de representar la realidad dado que los impactos en la agricultura, y sobre todo las pérdidas económicas directas no suelen ser debidamente cuantificadas».

Hasta el momento, Argentina Colombia, Chile y Uruguay ya adoptaron esta herramienta, y en determinados casos se sumaron otras metodologías e instrumentos digitales para recolectar datos de campo y registro.

La FAO tiene como objetivo extender por toda al región esta herramienta para «asegurar la comparabilidad y estandarización de los datos entre países y subregiones», y además facilitaría los compromisos del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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