Londres, Inglaterra.  Tras ganar tres títulos, primero sobre tierra en Barcelona y Roma, y luego el de Eastbourne, sobre hierba, los colombianos Robert Farah y Juan Sebastián Cabal, salieron del All England Club con los deberes hechos y la gran satisfacción además de lograr su primer Grand Slam, el primer puesto de la lista mundial, que les acerca a las Finales ATP del O2 londinense.

Cabal había ganado ya el título del mixto del Abierto de Australia en 2017, junto con la estadounidense Abigail Spears. Y en 1974, Ivan Molina con la estadounidense de origen checo Martina Navratilova, se habían hecho con el triunfo en Roland Garros.

Esos eran hasta este sábado los récords colombianos en el Grand Slam, hasta que Farah y Cabal se impusieron en la final de Wimbledon a los franceses Nicolas Mahut y Edouard Roger-Vasselin, por 6-7 (5), 7-6 (5), 7-6 (6), 6-7 (5) y 6-3 después de cuatro horas y 56 minutos de lucha. Un premio al fin, después de 29 Grand Slams disputados juntos.

La pareja ganadora se sentó después con EFE para señalar que ganar en Wimbledon es «un sueño hecho realidad», y mostrarse perplejos porque ahora se ven jugando en césped, tan bien o mejor que en dura y tierra batida.

«Felicidad total y un sueño hecho realidad. Ganar Wimbledon, que era el menos esperado por nosotros, uff no queremos mentir, pero nunca dejamos de creer, de luchar y hoy se dio», dice Cabal.

«Fueron cinco horas muy luchadas, en una superficie que antes de este año era la peor para nosotros. No hay palabras para describir ese momento, añade Cabal, que calificó la pista Central de mágica «por el ambiente que la rodea», y por esa sensación especial que impregna a todos los que la pisan.

«Tenemos creo que dos títulos en dura, los demás en arcilla (11), y ahora más o casi igual en pasto que en dura. Es una locura», dice Farah. «En las últimas tres semanas el tenis que hemos jugado es espectacular, y tenemos que dar las gracias a Feliciano y a Andy Murray por habernos ganado en la primera ronda de Queen’s, porque eso nos hizo practicar, arreglar cosas, e ir luego a Eastbourne y jugar igual de bien», señala Robert.

Ambos viven con sus familias, fisios y entrenador en una casa situada en Wimbledon Park, donde se sienten más cómodos y donde hacen vida familiar. «En realidad somos como hermanos», dice Juan Sebastián al recordar que se conocen desde los cinco años.

«Es espectacular, por eso nos ha ido tan bien aquí», añade Robert sobre el tema de la casa. «Lo hacemos en todos los Grand Slams, te saca de esa rutina de siempre, hotel, desayuno buffet, etc. Aquí estamos un poco en familia. Nos acompaña nuestra gente», dice al referirse a su novia, la golfista gaditana Belén Mozo, golfista profesional, que ahora se encuentra lesionada y que sufrió en la pista como pocos.

«También la familia de Jeff (Coetzee, su entrenador), es algo diferente. Aunque la ropa la lava el torneo» comenta Cabal.

Los colombianos apuntan ahora al O2 de Londres, que por última vez albergará las Finales ATP, que a partir del próximo año se disputarán en Turín (Italia).

«Era la meta y siempre que se llega al Masters significa que se ha hecho un buen año. Sabíamos que ganando las ‘semis’ teníamos casi matemáticamente la clasificación hecha, pero ganando hoy está más cerca aún porque con 4.000 puntos se da», dice Robert.

«Pero nuestra meta no era el Masters, era Wimbledon, por eso hemos luchado punto a punto, luchar y enfrentarse a vivir lo que vivimos allí, y eso fue lo que sucedió y la acumulación de todo eso nos dio ese triunfo», señala Farah.

«La verdad es que comenzamos a jugar mejor en el segundo set, y luego mejor en el tercero. Ellos venían salvándose, pero nuestro objetivo era seguir y crear oportunidades, porque a la larga, sabiendo que estamos muy en forma y que nos compenetramos mucho, confiábamos en nosotros», cuenta Cabal

«En esas cinco horas hemos sufrido pero hemos logrado mantener nuestro porcentaje de velocidad al saque y eso demuestra que estamos en forma», añade el de Cali.

«Ahora comenzamos la gira de pista dura en Montreal y Cincinnati que son torneos grandes, Masters 1.000. La meta es seguir luchando pero tranquilos, trabajando con conciencia y obviamente con un mono quitado de la espalda, ganar un Grand Slam. Y eso va a generar más confianza, más tranquilidad y con ganas para seguir», añade Farah.

Sus corazones se dividen al serles preguntados por quién triunfará en la final individual de este domingo. «Está durísimo, mi corazón quiere Federer, mi cabeza me dice que Djokovic», comenta Robert.

«Si Federer tiene oportunidades es aquí en pasto», añade Cabal, es su cancha, su sitio, y además persigue el récord. El balance de Djokovic en Grand Slam contra Federer (9-6) dice mucho», señala. «Pero es un partido, que como dicen por ahí es para verlo con palomitas», firma Farah.

EFE

¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!

Facebook X Instagram WhatsApp Telegram Google Play Store