EFE
Lima.- Sobrecogidos por la tragedia, sobrios y respetuosos ante la familia y los simpatizantes y moderados en las críticas a su figura, que advirtieron será mejor juzgada por la historia, los medios peruanos abrieron este jueves monopolizados por la muerte del expresidente Alan García.
La cobertura mediática del suceso, cuya narración en radios y televisiones arrancó a primera hora de la mañana del miércoles con la noticia del pedido de arresto contra el político y continua aún con gran intensidad, ha mantenido al país andino absorto con la «fatal» noticia.
Los principales diarios de Lima coincidieron en abrir sus portadas con fotografías sobrias que recogen la figura de García, sin apenas espacio dedicado a las palabras.
«Alan García 1949-2019», se limitaron a publicar el diario El Comercio y Perú 21, con apenas unas llamadas en la portada al contenido sobre el tema, que ocupa casi completamente las ediciones.
«La República» publicó una foto de García y un subtítulo que apuntaba que el exmandatario «eligió el juicio de la historia» al haber tomado una «decisión fatal».
Además de las informaciones, todos los medios peruanos editorializaron profusamente el suceso, todos ellos también expresando su pena, dolor y respeto por los allegados del ex presidente, pero con diferencias a la hora de juzgar el suceso y sobre todo la motivación subyacente a la última decisión de García y la responsabilidad sobre la misma.
«Los peruanos acabamos de asistir al episodio más trágico y luctuoso de los que el Caso Lava Jato ha dejado en el Perú», afirma El Comercio, que apuntó además que más allá de las «emociones» que gobiernan estos momentos, no se puede olvidar que » la responsabilidad de un acto así es, por definición, de quien lo ejecuta».
«Y harían bien tanto la clase política como la ciudadanía en recordar esto para no alimentar elucubraciones que no tienen el sustrato mínimo», añadió el diario, en una clara referencia a la responsabilidad que desde las filas del partido Aprista han achacado al presidente de Perú Martín Vizcarra, los medios de comunicación y la fiscalía que lo investigaba sobre el suicidio de García.
«Los hechos previos a este trágico deceso seguirán siendo lo que eran antes, y cualquier cosa de orden público que salga posteriormente a la luz sobre Alan García contribuirá al juicio que la historia habrá de forjarse de él», añadió.
El columnista de La República Augusto Alvarez Rodrich, un habitual crítico de García y su partido, pidió «compasión y respeto» ante la muerte del expresidente, pero apuntó que un suicidio «no es excusa para desmontar la lucha anticorrupción ni los procesos a varios políticos».
En el polo opuesto se ubicó el también columnista Aldo Mariátegui, crítico con Vizcarra, apuntó que los enemigos de García consiguieron finalmente su «cabeza» de García.
«Este es un acto más dentro de la tragedia de un país que está totalmente desquiciado por los odios desatados desde hace años por los implacables caviares -izquierda social y política – y sus corifeos», culminó.
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