Cuzco (Perú).- El fotoperiodista de la Agencia EFE Aldair Mejía resultó herido el sábado mientras cubría las protestas antigubernamentales en la ciudad peruana de Juliaca (sur), donde, unas horas antes, había sido amenazado por varios policías que trataron de arrebatarle su acreditación.
Mejía aseguró este domingo a EFE que, «alrededor de las 3 de la tarde (20.00 GMT), estaba cubriendo» las protestas en un paso a nivel de la vía de salida de Juliaca hacia Cuzco, «donde estaba haciendo registro (fotográfico) de manifestantes y la Policía».
«Estuve en el muro de ese baipás (paso a nivel), al borde, para poder ver el enfrentamiento entre Policía y manifestantes. En ese momento estaba enviando fotos, me paré a ver mi celular y veo que me impacta un objeto contundente», explicó Mejía.
Y prosiguió: «A la hora de impactarme, se me adormeció la pierna y luego empezó a sangrar a través de mi pantalón. Subo mi pantalón y veo un hueco. (En ese momento), estaba tranquilo y también asustado».
«Cuando los manifestantes se dieron cuenta, unos dijeron que era perdigón, otros que era bala, pero en realidad no sabía que era. Me llevaron cargado a un mercadito que está a diez pasos y ahí comenzaron a tratarme con vendas, limpiarme la sangre y ponerme un pasador (torniquete) en la pierna», detalló.
Desde ese mercado, Mejía fue trasladado a una clínica en la que fue atendido y le diagnosticaron una fractura en la tibia de su pierna derecha.
Mientras estaba siendo atendido por los médicos, un grupo de militares se apostó en la puerta y dificultaron el ingreso de quienes trataban de llegar.
En la clínica, Mejía recibió también la asistencia del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), una organización civil que promueve la libertad de expresión y el acceso a la información pública en América Latina, y que lo respaldó en esas circunstancias.
Tras recibir la atención médica, el fotoperiodista abandonó la clínica sin inconvenientes. En ese momento, los militares se habían retirado de la puerta del centro médico.
El pasado 7 de diciembre, tras el fallido autogolpe de Estado del expresidente Pedro Castillo, comenzaron unas protestas en buena parte del país a las que se han sumado ciudadanos, especialmente, en el sur.
Los manifestantes exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso, la convocatoria anticipada de elecciones y de una asamblea constituyente.
El Gobierno de Boluarte decretó el estado de emergencia el pasado 14 de diciembre, lo que permite a las Fuerzas Armadas apoyar a la Policía Nacional en el mantenimiento «del control del orden interno».
En diciembre, y hasta el inicio de una tregua navideña, fallecieron 28 personas en la represión de las protestas.
AMENAZA POLICIAL
Mejía, que se encuentra a salvo en Cuzco, desde donde viajará a Lima para recibir mayor atención médica, había sido amenazado a primera hora de la mañana por policías antidisturbios, cuando cubría las manifestaciones de protesta en las inmediaciones del aeropuerto de Juliaca, que forma parte de la sureña región de Puno (fronteriza con Bolivia).
La Asociación Nacional de Periodistas (ANP) emitió una alerta por la agresión sufrida en ese momento por Mejía y reportó que el reportero gráfico fue «agredido por policías en Aeropuerto de Juliaca cuando intentó registrar detención».
«Quisieron romper su credencial y uno lo amenazó: ‘Si vuelves a hacer eso, te vuelo la cabeza y sales muerto de aquí'», denunciaron.
Mejía explicó entonces que los agentes lo golpearon con un escudo y le intentaron arrebatar la credencial de prensa, cuando se desplazaba por el lugar y algunos uniformados lo persiguieron.
La Agencia EFE exige a las autoridades peruanas que se mantenga el respeto hacia los trabajadores de la prensa, cuya misión es la de transmitir a la ciudadanía, con rigor y profesionalidad, lo que sucede en el país, así como garantizar el derecho fundamental a la información.
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