Santiago de Chile. Un total de 74 personas fueron detenidas en las manifestaciones para pedir la renuncia del presidente de Chile, Sebastián Piñera, celebradas el viernes y que acabaron en violentos desmanes, con saqueos y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, informaron este sábado las autoridades.
«Estamos en presencia de las cifras más altas de detenidos en lo que va del año en circunstancias de manifestaciones violentas», dijo en rueda de prensa el ministro de Interior, Rodrigo Delgado.
Los principales incidentes se registraron en la céntrica Alameda, una arteria del centro de Santiago, cercana al palacio presidencial, que se ha convertido en la nueva «zona cero» de las revueltas, en vez de Plaza Italia, el epicentro del estallido social contra la desigualdad que se originó en octubre de 2019.
Desde la tarde, cientos de personas marcharon de forma pacífica hacia La Moneda para pedir la salida de Piñera y la liberación de los detenidos durante las protestas sociales, pero un par de horas después empezaron los enfrentamientos contra el cuerpo policial de Carabineros, que usaron camiones lanza agua y gases lacrimógenos.
También se registraron barricadas, destrucción de mobiliario público y una tienda por departamentos de una gran multinacional fue saqueada por decenas de encapuchados.
«Estamos en presencia de delincuentes que no les interesan las pensiones, la salud, la educación. Estamos en presencia de personas que quieren ocupar el paraguas de ciertas demandas sociales para salir a delinquir», denunció el ministro.
Los desmanes también se dieron en otras ciudades como Antofagasta (norte), Concepción y Valparaíso (ambas en el centro), aunque el grueso de los detenidos se registró en la capital (56).
Las protestas de 2019 comenzaron como una queja contra el alza en el precio del billete de metro, pero se convirtieron en un clamor por un modelo socioeconómico más justo que se extendió durante más de un año y dejó una treintena de heridos, miles de heridos y señalamientos por violaciones a los derechos humanos hacia las fuerzas de seguridad.
La apertura de un proceso constituyente en el pasado plebiscito del 25 de octubre era vista como la solución para una gran parte de los manifestantes, por considerar que es la vía que permitirá establecer un nuevo modelo de país que desate el corsé neoliberal que ampara la actual Carta Magna, redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Sin embargo, las protestas han continuado hasta la fecha con diferentes reclamos y dirigiendo las miradas directamente al presidente del país.
«Ni la ciudad ni el país se merece que todos los viernes algunos quieran salir como si fuera un juego a bloquear las ciudades, a bloquear el centro», agregó Delgado.
EFE noticias
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