La fiesta de la Inteligencia Artificial (IA) está en pleno apogeo. Decenas de miles de millones de dólares se invierten en nuevas empresas, infraestructura y talento especializado. Este año, OpenAI, SoftBank y Oracle anunciaron un compromiso conjunto de 500 mil millones de dólares para desarrollar supercomputadoras de IA.

Mientras tanto, en China, Alibaba y Tencent intensifican sus aportes con la meta de convertir al país en líder mundial en IA para 2030. Sin embargo, entre el entusiasmo y las promesas de revolución tecnológica, comienzan a surgir signos claros de estancamiento, explica DW en Español.

El uso empresarial de la IA, en descenso

A pesar del auge mediático, el uso de la IA por parte de las empresas ha caído en los últimos meses. Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, el porcentaje de compañías con más de 250 empleados que utilizan herramientas de IA pasó del 14% en junio al 12% en agosto.

Carl-Benedikt Frey, profesor de la Universidad de Oxford, advierte que esta desaceleración podría anticipar una burbuja tecnológica en formación. “A menos que surjan nuevas utilidades duraderas, la burbuja podría estallar”, señaló.

Desafíos técnicos y consumo insostenible de capital

Las limitaciones de los modelos de IA —desde las “alucinaciones” hasta la falta de aprendizaje continuo— ponen en duda su fiabilidad comercial. A esto se suma un consumo de capital desproporcionado.

OpenAI, líder del sector, gastó 9.000 millones de dólares en 2024 y proyecta desembolsar hasta 129.000 millones para 2029, pese a que sus ingresos actuales apenas superan los 3.700 millones. El economista Stuart Mills, de la London School of Economics, alerta sobre la brecha entre inversión y rentabilidad.

Un optimismo que se enfría

Los resultados financieros de grandes tecnológicas reflejan una mezcla de esperanza y cautela. Aunque Palantir incrementó sus ingresos un 63% en el tercer trimestre, el valor de sus acciones cayó 7%. AMD y Meta enfrentan preocupaciones similares sobre la sostenibilidad del negocio de IA.

El profesor Gary Marcus, de la Universidad de Nueva York, sostiene que “la mayoría de las empresas de IA generativa están sobrevaloradas” y que el colapso podría ocurrir pronto. No obstante, voces más moderadas, como la de Sarah Hoffman, de AlphaSense, apuntan a una “corrección del mercado” más que a una explosión catastrófica.

De la euforia a la madurez

Tras años de promesas y publicidad desmedida, los expertos coinciden en que la inversión en IA entrará en una fase de mayor prudencia. 

Finalmente, la tendencia, aseguran, será pasar de los discursos grandilocuentes a la búsqueda de resultados concretos y medibles, donde la innovación deberá demostrar su verdadero valor económico.

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