Guatemala.- El nuevo Gobierno de Guatemala y Estados Unidos acordaron este viernes fortalecer sus relaciones bilaterales con un diálogo «abierto», «con total honestidad» y «sin presiones» en temas migratorios, comerciales y diplomáticos.
Ambos países manifestaron su intención de afianzar alianzas en una reunión en Ciudad de Guatemala entre el subsecretario interino para Asuntos del Hemisferio Occidental de EE.UU., Michael Kozak, y el presidente local, Alejandro Giammattei Falla.
El encuentro formó parte de una gira de trabajo de Kozak por Guatemala y México, país en el que estuvo a media semana y donde se reunió con el canciller local, Manuel Ebrard.
«Tenemos amigos (como Estados Unidos), aliados con los que podemos hablar francamente, de tú a tú, con total honestidad y libertad. No hemos tenido presiones, hemos tenido un diálogo abierto, constructivo y un diálogo en el cual buscamos el equilibrio de satisfacer las necesidades de ambas partes», aseguró Giammattei.
El presidente guatemalteco dijo que el país centroamericano está colaborando con la nación centroamericana pero también quiere «ver un poco más de ‘V’ de vuelta de parte de los Estados Unidos», pues, para poder construir los «muros de prosperidad» y reducir la migración, «vamos a necesitar el apoyo» estadounidense y así generar «mayor inversión».
El presidente de Guatemala indicó además que durante el encuentro de este viernes no dialogó con el funcionario norteamericano sobre el Acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA), un convenio firmado en 2019 entre EE.UU. y Guatemala que permite la deportación de hondureños y salvadoreños a su territorio.
El gobernante guatemalteco detalló que el acuerdo de cooperación de asilo o de «tercer país seguro», como se le ha llamado, está «vigente», «está ahí, no se toca», aunque los anexos que encontró su Administración al asumir en el cargo el pasado 14 de enero están «a nivel de borrador».
Esos anexos fueron evaluados esta semana por un equipo técnico estadounidense y la Cancillería y Guatemala considerará una nueva propuesta para cerrar un acuerdo final de los mismos. «De ahí va a venir un peloteo para tratar que los anexos queden firmados para que las reglas del juego estén totalmente claras para los dos partes», detalló Giammattei.
Kozak, por su parte, afirmó que la política migratoria estadounidense ha funcionado al ver una reducción del 75 por ciento «con las detenciones de la frontera», lo que quiere decir que «hay menos ciudadanos arriesgando su vida y su seguridad».
Ahora, en un «segundo paso», se busca «una manera legal» para que los migrantes guatemaltecos «consigan trabajos temporales y estamos más que dispuestos a ayudar a amigos y socios en estos países», sin poner «la presión que no es la correcta».
Estados Unidos buscará «hacer todo lo que sea necesario» para abordar el problema migratorio de una manera «integral», puntualizó el funcionario estadounidense.
Kozak reiteró también que la confianza de EE.UU. en el Gobierno de Giammattei y el futuro de Guatemala ha sido resaltada por su país en una serie de acuerdos entre ambos.
El subsecretario interino subrayó que en enero los países firmaron un memorando de entendimiento para que la Corporación Financiera de EE.UU. para el Desarrollo Internacional ofrezca 1.000 millones de dólares en inyeccción al sector privado, una «herramienta para hacer que la economía crezca para todos los guatemaltecos».
Además, este mismo viernes Kozak y Giammattei hicieron entrar en vigor «un acuerdo sobre visas H2-A que beneficiarán a trabajadores agrícolas temporales que van de Guatemala a EE.UU. y a las empresas que los emplean», aunque ninguno de los dos explicó cuántas visas de trabajo podrían promoverse, pues dependerá del trabajo de la cancillería con empresas estadounidenses.
Giammattei dijo que será su administración la que plantee a Washington qué empresa será la que «quiera llevarse al trabajador migrante de Guatemala», pues «no se trata de un mercado negro, sino uno con todas las capacidades».
Ese acuerdo es uno de los que se firmaron en julio de 2019 en el despacho oval de la Casa Blanca del ACA y que no había entrado en vigor.
Hasta septiembre, unos 11.000 trabajadores agrícolas se habían registrado en el Ministerio de Trabajo guatemalteco «interesados en participar en el programa de visas H2-A», dijo entonces el exministro Gabriel Aguilera.
«Continuaremos trabajando juntos para promover la buena gobernanza, los valores democráticos y la prosperidad de la región, pero también compartimos nuestra preocupación de los países no libres, como Cuba, Venezuela y Nicaragua», apostilló Kozak.
Giammattei puntualizó que continuará con relaciones «alejadas» de Venezuela y mencionó que en la reunión que sostuvieron este día hablaron del «futuro» de la Organización de Estados Americanos (OEA) con el fin de «consolidar» a la entidad regional.
El término «tercer país seguro», como lo define la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), es un concepto que se usa para «transferir las responsabilidades del examen de una solicitud de asilo de un país de acogida, a otro que es considerado seguro» para recibirlos mientras se tramita el proceso.
En lo que va del año, Guatemala ha recibido a casi 400 hondureños y salvadoreños deportados de Estados Unidos en 2019 y 2020, en el marco del acuerdo migratorio con ese país.
Estados Unidos contabilizó la detención de alrededor de 240.000 guatemaltecos en sus fronteras en el último año cuando intentaban ingresar al país norteamericano de manera ilegal.
EFE
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