Ciudad Bolívar.-Después de los hechos ocurridos en la mina El Silencio, en los que fallecieron 4 personas en un enfrentamiento, los habitantes de los caseríos campesinos y comunidades indígenas de la zona se sienten indefensos.

Los asentamientos ubicados en la carretera vía Jabillal y Trinchera, de la parroquia Ariapo del municipio Sucre, manifiestan que la minería ilegal ha generado inseguridad en esta zona del estado Bolívar.

Sienten que en cualquier momento pueden ser atacados por los grupos armados que se han instalado en el área, muchos afirman que el temor es tal que no pueden dormir en las noches por miedo.

Cuentan que viven en la constante zozobra de perder sus pertenencias e incluso la vida.

Como consecuencia de esta situación, más de 20 familias decidieron huir de sus caseríos, dejando sus casas y conucos atrás, perdiendo así el trabajo de años.

En abril de este año, 4 personas fallecieron en un nuevo incidente violento en la mina El Silencio, del municipio bolivarense de Sucre. Uno de los fallecidos es Nelson Pérez, Capitán General del pueblo jivi. Las otras víctimas fueron el criollo Wilmer José Castro y los indígenas Miguel Antonio Rivas Morales y Carmen Lusdary Rondón. Los tres habitantes de la comunidad La Felicidad.

Sobre las causas del incidente, se especula que se trató de un enfrentamiento entre comunidades indígenas por el control de una veta minera recién descubierta y una segunda versión apunta que también se trata de un enfrentamiento por el control de la mina, pero con intervención de grupos armados extranjeros.

Los conflictos armados no son nuevos en esta comunidad minera El Silencio. En agosto de 2018 fue asesinado Misael Ramírez, capitán de la comunidad La Felicidad del pueblo jivi y otras 5 personas, en un enfrentamiento por el control de la mina El Silencio, ubicada en la desembocadura del río Matu, en el municipio Cedeño del estado Bolívar.

En junio de 2019, el mismo Nelson Pérez denunció la desaparición de dos líderes de la comunidad, nunca se confirmó su muerte, ni regresaron a la comunidad. En ese momento, Pérez advertía sobre la escalada de violencia en El Silencio a raíz de la actividad minera “es cierto que llegó la minería ilegal a nuestro territorio, pero no estoy de acuerdo con la práctica porque ahora tenemos que afrontarnos con los grupos violentos porque es un peligro nosotros por eso exigimos el respeto a nuestros territorios y la no violación de nuestro derecho como pueblos originarios”, dijo en su momento a Kapé Kapé.

Nota de Prensa: Kapé Kapé

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