Las inversiones extranjeras directas en Latinoamérica se mantuvieron casi estables el año pasado, totalizando 193.000 millones de dólares.
A pesar de una tendencia global a la caída de las inversiones, la región demostró resiliencia y fue la menos afectada entre los países en desarrollo, según el informe anual de la ONU Comercio y Desarrollo.
Diferencias regionales y destinos atractivos
A nivel regional, México y Brasil continuaron siendo imanes para las inversiones foráneas. Chile, por su parte, emergió como un destino cada vez más interesante para las inversiones extranjeras.
En Suramérica, Argentina, Chile y Guyana experimentaron un crecimiento significativo en inversiones extranjeras directas, mientras que Perú y Brasil equilibraron resultados menos favorables.
Descentralización de cadenas de suministro
Rebeca Grynspan, jefa del organismo de la ONU, analizó los esfuerzos internacionales para descentralizar las cadenas de suministro tras la vulnerabilidad evidenciada durante la pandemia.
Países latinoamericanos como México, Costa Rica y ciertos países africanos están reforzando su rol en una cadena global más descentralizada.
Energías renovables, un potencial y una ventaja comparativa
Latinoamérica destaca en proyectos greenfield, especialmente en Brasil y Chile, donde las energías renovables ocupan un papel primordial.
La región tiene un gran potencial en este ámbito, lo que la coloca en ventaja comparativa para abastecer las necesidades de las nuevas tecnologías y sectores.
Minerales vitales para la transición energética
Según Banca y Negocios, Chile lidera la industria de extracción de minerales vitales para la transición energética.
Asimismo, proyectos relacionados con hidrógeno verde y energía solar y eólica están en marcha.
Finalmente, las inversiones provienen principalmente de China, Estados Unidos, Canadá y Australia.
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