Un equipo de investigación internacional ha conseguido escuchar al boto (Inia geoffrensis) o delfín rosado de río y el tucuxi (Sotalia fluviatilis), dos especies de delfines de agua dulce en peligro de extinción que habitan lugares inaccesibles del Amazonas.
Estas especies están amenazadas por la actividad humana derivada de la pesca, la agricultura, la minería y la construcción de presas, según ha informado este viernes la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) en un comunicado.
El seguimiento de estos delfines mediante la escucha de sus emisiones de ecolocalización, que es el sonido que emiten ciertos animales como los cetáceos, se puede usar para observar los movimientos de las dos especies de delfines de agua dulce del Amazonas y así llevar a cabo estrategias de conservación de sus hábitats naturales, se indica en la nota.
El estudio, llevado a cabo por científicos del Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas de la UPC, del Institutto de Desenvolvimento Sustentável Mamirauá y de la National Marine Mammal Foundation, de San Diego (Estados Unidos), se ha realizado en unos 800 kilómetros cuadrados de la Reserva de Desarrollo Sostenible de Mamirauá, en Brasil.
Para ello, han usado los datos obtenidos a través de cinco hidrófonos sumergidos en profundidades de entre tres y cinco metros en los ríos Solimoes y Japurá.
Los resultados del estudio, que se han publicado en la revista Scientific Reports (Nature), revelan nuevos conocimientos sobre los movimientos de los delfines de río, que podrían contribuir a mejorar la conservación de estas especies.
Los científicos han analizado datos bioacústicos desde los canales fluviales, las bahías, los lagos y los bosques inundados de la reserva, en diferentes periodos durante las estaciones húmedas y secas, entre junio de 2019 y septiembre de 2020.
Así, han detectado que la presencia de delfines aumentó del 10 % al 70 % en la bahía y en el río, a medida que los niveles de agua crecían entre los meses de noviembre y enero.
Los autores del estudio consideran que los delfines usaron estas vías fluviales para entrar en el llano inundable de esta cuenca del Amazonas y pasaron más tiempo en la misma los jóvenes botos y las hembras con sus cachorros que los machos, ya sea por la rica abundancia de comida o para estar a resguardo del comportamiento agresivo de los machos.
Los investigadores han usado algoritmos de aprendizaje profundo, que se conoce como Convolutional Neural Network o red neuronal convolucional, y datos bioacústicos recogidos manualmente para clasificar de manera automática los sonidos de ecolocalización de delfines, los sonidos de barcos y también de la lluvia, con unos niveles de precisión del 95 %, del 92 % y 98 %, respectivamente, según se asegura en la nota.
También instan a usar la metodología utilizada para entender mejor y proteger las necesidades de hábitat de los delfines del río Amazonas, en el marco del proyecto Providence, en el que se hace un exhaustivo seguimiento bioacústico de la biodiversidad acuática y terrestre en uno de los bosques tropicales más amenazados del planeta.
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