“Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.» José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.» Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño.» Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno”.  

Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela

En este penúltimo día del año 2022, la Iglesia Universal celebra, el día de la SAGRADA FAMILIA DE NAZARET, que es el espejo perfecto, para que todas las familias del mundo, se vean reflejadas en ella y puedan ser Iglesias domésticas ejemplos en cada lugar donde se desenvuelvan y asuman de verdad la tan conocida frase de ser “la célula fundamental de la sociedad”.

Y la liturgia diaria nos presenta el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Mateo capítulo 2, versos del 13 al 23, en el que se relata los grandes momentos que tuvo que vivir la familia de JESÚS, a pocos días de Su Nacimiento. Se destaca allí, el ardor y la pasión de dos padres defendiendo la vida de su hijo. Signo indiscutible del AMOR gratuito, de la comunión, la solidaridad y la fraternidad que debe reinar en cada femilia.

Y es que el drama interior que le toco vivir a esta familia, en nada se diferencia al drama que viven millones de familia en este mundo. Por lo que, a penas pasado la alegría que supuso la adoración de los pastores y los magos, reciben una orden en lo más cerrado de la noche, apremiándolos a recoger las pocas cosas que tenían y a ponerse en camino hacia Egipto. Ya que, al poder dominante, representado por Herodes y los suyos, no les importa la vida de las personas, ni la estabilidad de la familia. A ellos lo que les importa es el usufructo y gozo de ese poder transitorio y si tienen que asesinar para mantenerlo, simplemente lo hacen.

Por esta razón de muerte José y María se desinstalan, huyen de noche y buscan refugio seguro en las lejanas tierras de Egipto. Su confianza en DIOS, los hizo ir allá, vivir un largo tiempo y posteriormente regresar a Nazaret, donde buscaron una Nueva Vida. Sin lugar a dudas que la FE y el AMOR, fueron los pilares para que esta pareja, pudieran afrontar los drásticos desafíos por los que tuvieron que pasar.

 Al confrontarnos con el texto, y a pocas horas de la culminación de este año, vemos que se nos hace una invitación para revisar la calidad de nuestras relaciones familiares y la fortaleza del vínculo del AMOR en el seno de cada familia, y desde allí releer, todos los acontecimientos que hemos vivido, sobremanera los más difíciles para permitir que el AMOR, la Unidad, y la FE nos fortalezcan y nos hagan descubrir la Fuerza Espiritual de DIOS que nos anima a seguir caminando.

Y es que José y María, son el paradigma real de lo que debe ser la vida de un discípulo. Ya que debemos estar siempre alerta y a la escucha de los designios de DIOS, porque el poder del mal buscará siempre matar la incipiente FE que se ha encarnado en nuestras entrañas. Indudablemente que no es fácil sobre todo en una difícil situación como la que estamos viviendo los venezolanos, pero si tenemos la confianza de que DIOS está con nosotros, por muy grande que sea el problema siempre lo vamos a poder solucionar.

Por eso es que, esta premura y este AMOR de la SAGRADA FAMILIA, debe animar a tantas familias que hoy buscan realizar la Misión que DIOS nos ha encomendado para que, guiadas por el Espíritu Santo, caminemos en la vivencia y en la práctica del verdadero AMOR, donde el servicio y diálogo sean la constante de cada día para poder afrontar los distintos problemas que se nos presentan.

Señor JESÚS, Tú te Encarnaste en el mundo y creciste en el seno de una familia, con los problemas y las alegrías que se les presentaban diariamente. Ayúdanos a tener un diálogo fraterno en el seno de nuestras familias, y que los problemas sean los desafíos para fortalecer nuestra FE y nuestra Esperanza.

Amén

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