Todo comenzó con una chispa, una idea diferente que surge en la cotidianidad del aula. Una pregunta, una sonrisa, un «¿y si lo hacemos diferente?». Así inició mi camino en la innovación educativa, una historia entre la tiza, los sueños y la tecnología.
Recuerdo aquellos días frente a mis primeros estudiantes, hace un poco más de 21 años. Cuando cada clase era un reto, pero al mismo tiempo una gran oportunidad para crear algo nuevo. En el contacto directo con el aula descubrí que enseñar iba más allá de repetir lo aprendido, se trata de encender la curiosidad de quienes tenía enfrente. Desde entonces, entendí que la verdadera esencia de un educador está en la capacidad de reinventarse.
Esa inquietud me llevó a buscar diferentes formas de conectar con mis alumnos, haciendo que el proceso de enseñanza y aprendizaje fuese de disfrute, tanto para ellos, como para mí. Volví mi aula de clases un laboratorio en el que probé diferentes herramientas digitales, enfoques creativos, dinámicas que convirtieran el aula en un espacio vivo. Pronto descubrí que innovar va más allá de usar la tecnología, se trata de despertar el deseo de aprender de diferentes maneras.
Con el tiempo, ese camino de aprendizajes en el que he tenido la oportunidad de asumir diferentes roles en el ámbito educativo, se transformó en propósito. He tenido el privilegio de coincidir con docentes que comparten mi enfoque, que también creen que el aula puede convertirse en ese laboratorio de sueños posibles. Juntos aprendimos que innovar es compartir, equivocarse y volver a intentar. Creer que cada experiencia que diseñamos para nuestros alumnos, puede marcar la diferencia.
Proyecto ‘iDocentes’
Así nació ‘iDocentes’, una comunidad viva en la que los maestros se reconocen como agentes de cambio. Un espacio que inspira, conecta y motiva a quienes entienden que educar es mucho más que enseñar, es acompañar procesos e ir a lo esencial para sembrar futuro.
Innovar va más allá del uso de la tecnología, es mirar con ojos nuevos a nuestros estudiantes, entender sus intereses y guiarlos con empatía.
Hoy, al iniciar esta columna en Nueva Prensa Digital, quiero abrir un espacio para conversar sobre la educación que soñamos: más humana, más creativa y más transformadora.
Esta es apenas la primera chispa. En las próximas semanas descubriremos juntos cómo la innovación, la tecnología educativa y la inteligencia artificial pueden convertirse en aliados para enseñar con propósito y aprender con pasión.
¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!