Facilitadores: Msc Migdevis Devis
Maestrantes: Hernández Joselinis, Marcano Solangel, Montes Ysleny y Palomo Karelis

Indaguemos un poco de donde se origina el vocablo Educación, este proviene del sustantivo latino educatio, onis, derivado de educare. Se relaciona directamente con un proceso de cambio y moldeado de conducta del educando a través de la orientación de un educador, quien se enfoca en el intercambio de saberes y el desarrollo de las capacidades de un individuo o grupo de individuos a su cargo. 

En Venezuela, el derecho a la educación se establece en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999).

Ernesto Wong Maestre (2009), basándose en el articulado de la carta magna, define la educación como el proceso mediante el cual se crea “la ciudadanía”, donde participan todos las ciudadanas y ciudadanos ejerciendo “el poder ciudadano”  como derecho y como deber, formando parte de la competencia del poder público nacional, que hace posible a la educación ser objeto de política pública y competencia del Estado, al tener este que elaborar una política educativa que presupone un servicio público gratuito  y todo un sistema  de instituciones públicas e instituciones educativas privadas, “bajo la estricta inspección y vigilancia del Estado” por lo que es muy coherente con que la educación es un derecho y un deber de la sociedad pues, junto al trabajo, es “garante del desarrollo integral de la persona”  y uno de los resultados más importantes de la corresponsabilidad social que debe existir en la Nación.

Al ser el proceso educativo, un cambio constante, se hace necesario, adaptar el currículo al avance de las sociedades, específicamente en la actual, donde con el fenómeno de la digitalización y la globalización y, la llegada de las nuevas tecnologías, ha provocado que las escuelas enfoquen el proceso de formación tanto del docente como del alumnado, desde estas tecnologías.

Es necesario adaptarse a esta realidad, por ende, se debe cambiar la metodología de impartir los aprendizajes. Los estudiantes y docentes deben aprender a indagar y seleccionar la información relevante que le llega por diferentes medios. Esto obliga a las escuelas a adaptarse y cambiar ante la diversidad y la interculturalidad puesta al alcance de la mano de todos a través del avance de las TIC. .

Otro de los retos del sistema educativo actual, es la atención a niños y niñas en edades de 0 hasta 3 años, en vista de la emancipación de la mujer y la apertura al mercado laboral, estas han dejado el rol del ama de casa tradicional, transformándose en una supermadre, que no sólo trabaja en la calle, sino que se prepara académicamente, cumple varios roles a la vez en esta sociedad cada  día más acelerada y exigente. Para la escuela, esto representa la aplicación de nuevas estrategias, capacitación constante del personal para enfrentar la diversidad en cuanto a la atención del educando en sus primeros pasos, recursos, espacios acordes y adaptados a las exigencias, manejo de tecnología, entre otros.  

La  sociedad avanza a gran velocidad respecto a las nuevas tecnologías, lamentablemente en nuestro país, la escuela no posee estos recursos para dar una enseñanza adecuada a las nuevas demandas. En relación a los espacios, muchas veces no poseen la infraestructura adecuada, hay deficiencia de recurso humano y material. 

Ante esta problemática, es imperioso dotar a la escuela de los recursos necesarios para enfrentarse a las nuevas necesidades, ya que, es una de las herramientas más importantes en la sociedad por el hecho de, formar al futuro ciudadano y ciudadana, con capacidad de discernimiento, crítica y autocrítica y que también aporte soluciones, esto exige que el proceso educativo este adaptado para enfrentar los nuevos cambios.

La educación se caracteriza como un bien común universal, inspirada en una visión humanística del desarrollo, basada en el respeto y la dignidad, la igualdad de derechos, la justicia social, la diversidad cultural, la solidaridad internacional y la responsabilidad compartida para un futuro que se desea “sostenible”, ecológica y socialmente. Palabras que, prolongando las motivaciones inherentes a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS, 2016-2030, UNESCO), insisten en afirmar que “la educación es la medida y la premisa del progreso”, que la “educación ante todo”, o que “el desarrollo sostenible comienza por la educación”.

Para cerrar y reflexionar acerca del proceso educativo y su tan necesaria transformación podemos decir que,  “la escuela en la sociedad del conocimiento necesita dar lugar a la diferencia, explorar caminos diversos donde todos puedan aprender, porque todos están llamados a producir conocimiento. Y no todos aprendemos de la misma manera y al mismo ritmo… prevé la heterogeneidad de los alumnos y la acepta. Es un concepto distinto de justicia…” (Claudia Romero, 2005)

 

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