La crisis de agua en la ciudad de Bangalore, conocida como el ‘Silicon valley’ de la India en el sur del país, está llevando a sus habitantes a vivir al límite, bajo la dependencia de camiones cisterna para su suministro diario y bajo una ardua lucha en mantener sus empresas abiertas.
Esta aguda escasez, de entre 150 y 200 millones de litros diarios, es consecuencia de las débiles lluvias monzónicas del suroeste que no lograron reponer las aguas subterráneas agotadas y los embalses de la cuenca del sagrado río Cauvery, principal cuerpo de agua de la región, además de haber conducido a la sequía de gran parte de los pozos de la capital.
Según la Comisión Central del Agua, el estado de Karnataka, del que es capital Bangalore, posee 16 embalses importantes que están llenos solo al 29 %, lo que comparando a los 45 % del año 2023 es alarmante. De los 13.900 pozos perforados en Bangalore, alrededor de 6.900 han quedado obsoletos.
«Estamos arreglando los pozos que no funcionan, y tratando de averiguar dónde obtendremos agua y perforar nuevos pozos en las zonas aptas, y además a partir del 1 de abril cortaremos el 20 % del agua a los grandes consumidores, que utilizan más de 200 millones de litros al día, como las industrias, las universidades y el departamento de ferrocarriles», desveló a EFE un funcionario de la Junta de Abastecimiento de Agua y Alcantarillado de Bangalore (BWSSB, en inglés).
Control de los Pozos
Para hacer frente a una de las peores crisis hídricas de los últimos 30 o 40 años, que se ve también afectada por el mayor consumo en verano, el Gobierno estatal planeó utilizar camiones cisterna para suministrar agua a la ciudad, así como tomar control de los pozos privados dentro y alrededor de la localidad india.
La administración del distrito fijó tarifas para 200 camiones mediante contrato, un gasto que a largo plazo será difícil de soportar.
Gracias a la alta demanda los proveedores aprovechan para duplicar sus precios: Para una distancia de cinco kilómetros, un camión de 6.000 litros, en días normales, costaría 600 rupias (7,24 dólares), pero ahora fácilmente se puede situar por encima de las 1.000 rupias (12,07 dólares).
Medios locales reportan historias de habitantes que aseguran poder ducharse solo cinco veces en un mes, pedir comida para llevar en vez de cocinarla y utilizar agua tratada para fines no potables; además de que a algunos casos que denuncian no haber recibido camiones cisterna para paliar la crisis.
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