Esmirna, Turquía. Ataviados con chalecos amarillos y cascos blancos, mineros de Soma, el centro de las minas de carbón en Turquía, han interrumpido la huelga que les enfrenta con empresarios y autoridades para acudir a Esmirna a ayudar en el rescate tras el terremoto de 6,8 grados del viernes, con al menos 58 muertos.
«Trabajamos en dos equipos. Hace dos horas sacamos un cuerpo sin vida. Es muy doloroso. Sabemos que sigue habiendo gente bajo los escombros, pero no sabemos exactamente cuánta», señala a Efe Ramazan Atak, uno de los mineros.
Atak es miembro del Sindicato Independiente de Mineros (Bagimsiz Maden Isçileri), que llevaba veinte días en huelga para reclamar impagos y compensaciones por despidos improcedentes de unos 1.800 trabajadores.
«En cuanto nos avisaron del terremoto, interrumpimos nuestra huelga y vinimos aquí. Cogimos picas y palas y tres horas después llegamos a Esmirna a trabajar», relata.
BÚSQUEDA SIN TREGUA
Desde que llegaron el viernes a Bayrakli, el barrio más afectado por el terremoto y donde se han derrumbado diecisiete edificios, solo han parado tres horas para descansar.
El sismo ha causado la muerte de 58 personas en Turquía, además de la de dos jóvenes en la isla griega de Samos, y ha lesionado a más de 900, mientras que miles de personas han tenido que dejar sus casas por daños estructurales en sus edificios.
Aunque hasta el momento no hay estimaciones oficiales sobre el número de personas que aún están desaparecidas, los equipos de rescate estiman que faltarían por localizar una treintena de víctimas entre los escombros, según dijo a la prensa local el especialista en salvamento Muhammed Zahiroglu.
Atak explica que es la primera vez que participan en un rescate de un terremoto, pero aclara que el grupo tiene experiencia en salvamentos en desastres mineros.
Varios miembros del sindicato quedaron atrapados en una grave explosión en una mina de Soma en 2014, un desastre que causó la muerte de 301 trabajadores.
El sector minero concentra un 10 % de los accidentes laborales que ocurren en el país, según el Instituto de Estadística turco.
TRECE MESES SIN SALARIOS
En los últimos meses el sindicato de Atak colabora con trabajadores mineros en Ermenek, en el sur de Turquía, que sufren impagos desde hace trece meses, para coordinar una marcha a pie hasta la capital turca para reclamar una respuesta de las autoridades turcas.
A finales de octubre la policía detuvo a algunos mineros durante su protesta debido a que el gobierno ha prohibido las manifestaciones para evitar contagios del coronavirus.
«Han usado la pandemia para parar nuestra huelga. Sin embargo, llevamos meses reclamando al gobierno que las medidas sanitarias que no se aplican en nuestros lugares de trabajo. La pandemia es un problema solo cuando reivindicamos nuestros derechos», señaló en un comunicado el presidente del sindicato, Basaran Aksu.
Los mineros están cansados de «esta batalla legal» contra la corporación Uyar, comenta Atak, y resalta que las autoridades les han prometido que van a corregir el problema en unos «cinco días», aunque no dio más detalles de cómo esperan que se resuelva.
«Lo más importante son las vidas humanas, luego nuestra huelga. Estaremos aquí hasta que se rescate a todo el mundo», explica.
«Luego, si lo nuestro no se resuelve, continuaremos con nuestra protesta (marchando) hasta Ankara», concluye.
EFE noticias
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