EFE

Nueva Delhi.- Las presiones de Estados Unidos sobre los aliados comerciales de Venezuela han empujado a la India a cerrar el grifo a la nación petrolera, que había acudido al país asiático en busca de un salvavidas para su crítica economía.

Durante los últimos meses la India parecía estar destinada a convertirse en el mayor consumidor de petróleo venezolano, apoyándose en las facilidades que Venezuela estaba dispuesta a ofrecer, entre ellas una relajación en los modos de pago debido a la frágil situación de Caracas, acorralada por el alto nivel de riesgo, la desconfianza del mercado y la inestabilidad de su Gobierno.

Sin embargo, el conglomerado indio Reliance Ltd, una de la mayores refinerías del mundo y entre los principales importadores del petróleo de Venezuela, confirmó esta semana la interrupción total de sus negocios con ese país a través de su filial en EEUU, y negó cualquier intención de aumentar la demanda de consumo con la nación caribeña.

«Nuestra subsidiaria de los EEUU ha interrumpido completamente todos los negocios con la empresa petrolera estatal de Venezuela, PSVSA, y nuestra matriz global no ha aumentado las compras de crudo», informó Reliance en un correo remitido a Efe tras ser consultada sobre un posible aumento de la demanda del hidrocarburo venezolano.

Reliance no es solo el mayor importador indio del petróleo venezolano, es también uno de los principales proveedores del diluente que usa Venezuela para procesar su crudo extrapesado y convertirlo en hidrocarburo exportable.

El conglomerado, en manos del magnate indio Mukesh Ambani, «ha detenido todo el suministro de diluyente a PDVSA y no reanudará dichas ventas hasta que se levanten las sanciones» que EEUU ha impuesto a Venezuela para presionar por la salida del Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

«Continuaremos un diálogo constructivo con el Gobierno de EEUU para garantizar que Reliance siga cumpliendo con los requisitos» estadounidenses, añadió la casa matriz de la industria india.

La petrolera venezolana es casi la única fuente de ingresos con la que el Gobierno de Maduro cumple con los compromisos internacionales de deuda y mantiene el gasto público de la nación de poco más de 30 millones de habitantes, agobiados por la escasez de alimentos, medicinas, seguridad y servicios públicos.

Por su parte, la India, con una población de 1.250 millones de habitantes y con un probado crecimiento económico, es uno de los mayores consumidores energéticos del mundo y se había perfilado como el candidato ideal para aliviar a Venezuela de las sanciones de la Casa Blanca.

La posición de Reliance llega días después de que el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, explicara que Washington estaba presionando a varios países, incluida la India, para que no negocien con Maduro.

En una reunión con el secretario de Exteriores indio, Vijay Gokhale, Pompeo le pidió que su Gobierno no se convirtiera en un «salvavidas económico del régimen de Maduro».

Actualmente la India compra unos 300.000 barriles de petróleo a Venezuela, y el mes pasado, tras una visita a Delhi del ministro de Petróleo venezolano, Manuel Quevedo, el plan era pasar a medio plazo al doble de esa cantidad.

Con eso Venezuela podría reubicar el petróleo que vendía a EEUU y que dejó de enviar tras las sanciones. 

 

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