México.- La minería y la explotación de recursos naturales son actividades incompatibles con la sustentabilidad ambiental y además se deben tomar en cuenta sus implicaciones negativas, aseguraron especialistas en Ciudad de México.

Tan solo en 2010 estaban registrados 677 proyectos mineros y para 2017 ya eran más de 1.500, lo que implica mayor presión para los recursos naturales, apuntaron los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México en comunicado distribuido este sábado por la institución.

«Creer que la minería es sinónimo de progreso y desarrollo es irrisorio; es una actividad incompatible con la sustentabilidad ambiental y soberanía hídrica del país», afirmó la maestra y candidata a doctora en Geografía Ambiental por la UNAM, Sol Pérez Jiménez.

Explicó que en las comunidades del país donde se ubican empresa mineras «se reportan fuertes impactos negativos por esa actividad y, a pesar de ello, el marco regulatorio, incluso de derechos humanos, no está a la par de la problemática».

Puso como ejemplo la tala excesiva de vegetación, la pérdida de biodiversidad y la perturbación del entorno, acciones «que van en detrimento del ambiente».

«En términos sociales se persigue y criminaliza a dirigentes y defensores ambientales, hay desplazamiento forzoso de comunidades y aumenta la desigualdad y violencia», subrayó.

Mientras que en el ámbito económico dijo que hay marginación y se pierden actividades productivas tradicionales, como la agricultura. Todo ello sin contar las afectaciones a la salud de la población debido a la liberación de metales pesados.

La especialista precisó que en México «hay un aumento constante de los proyectos mineros y en la última década se ha incrementado el número de conflictos relacionados con el sector, así como el asesinato y persecución de defensores ambientales, muchos de ellos indígenas».

Según datos de la Secretaría de Economía, en 2010 estaban registrados 677 proyectos mineros y para 2017 ya eran más de 1.500, lo que implica mayor presión para los recursos naturales.

«Antes de continuar por ese camino, se debería tomar en cuenta que México atraviesa por la mayor crisis ambiental de su historia. Debemos cuidar los recursos y la soberanía hídrica del país, pues en menos de una década 130 acuíferos pasaron a tener déficit», alertó.

Dijo que en la actualidad «regalamos y contaminamos los recursos o bienes de los que dependen cientos de comunidades indígenas, campesinas y urbanas, para el enriquecimiento de los magnates del país».

Sobre ese, Beatriz Olivera, integrante de Fundar, Centro de Análisis e Investigación, detalló que desde 2015 «el aporte que hace la minería a las finanzas públicas de México es de menos del 1 %, en 2018 contribuyó con 0,56 % de los ingresos que recaudó el Estado.

«Se dice que esta actividad es palanca de desarrollo nacional, pero la industria extractivas genera 0,66 % del empleo asegurado del país y en 2016 fueron sólo 120.000 puestos, y buena parte de ellos operan bajo ‘outsourcing’ (subcotratación)».

Explicó que en los centros productores de oro, casi 50 % de la población vive en condiciones de pobreza y al 55 % no le alcanza para adquirir la canasta básica alimentaria.

Mientras que en los centros productores de plata este último porcentaje se eleva a 65 %. En tanto, a la exploración y explotación de minerales corresponde sólo 0,9 del Producto Interno Bruto (PIB).

EFE

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